Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2013

La huelga imaginada

Aquella huelga no había sido convocada por los sindicatos y a éstos les pilló por sorpresa. Nadie sabía a ciencia cierta de donde había surgido aquella convocatoria, pero aquel día de lluvia fría e intensa, como la vida por aquel tiempo, la gente llenó la calle calentándola desde primeras horas de la mañana. Los bancos cerraron forzados por   sus empleados que   difundieron el nombre y apellidos de los mayores traficantes   de   guante blanco y corazón negro. Los   comerciantes no se encerraron dentro de sus negocios para ver pasar el tiempo, salieron a la puerta de sus comercios y los cubrieron de pegatinas donde se leía: “que nuestros impuestos paguen más maestras y menos generales”. Ese día las transacciones nacionales e internacionales se bloquearon y las acciones de las grandes empresas con domicilio fiscal en paraísos blindados, se derrumbaron. Porque la gente había decidido sacar sus ahorros de las cuentas bancarias en solidaridad con los jubilados expropiad

Dime otra vez

Dime otra vez cuando estuviste en el río y llegué al límite de mi sed dime otra vez estamos solos y escucho escucho tan fuerte que duele dime otra vez cuando estoy limpio y sobrio dime otra vez cuando he visto a través del horror dime otra vez dímelo una y mil veces dime cuánto me amabas amén. Dime otra vez cuando cantan las víctimas y se restauran las leyes del remordimiento dime otra vez que tu sabes lo que pienso pero la venganza pertenece al señor dime otra vez dime otra vez cuando ya ha sido el río rescatado y la noche no tiene derecho a empezar,  ponme a prueba otra vez cuando jadean los ángeles y arañan la puerta para entrar dime otra vez cuando estoy limpio y sobrio dime otra vez dime otra vez cuando la mugre de un carnicero se lava con la sangre del cordero dime otra vez cuando el despojo de la cultura ha pasado a través del Ojo del Campo Dime otra vez Leonard Cohen, de Old Ideas (Amén) Uno oye este inmenso coro resonar en medio de

Cumplir años

No me lo nieguen, a   ciertas alturas de la vida, la edad se convierte en una tara. Creo que me empieza a pasarme, aunque lo disimule bien  con  intensas sesiones de psicoterapia y luego me machaque en el gimnasio. Y es que, a partir de cierto momento, cumplir años es juzgado como un lastre que deberíamos eliminar de nuestro rostro. Conozco gente que sucumbe ante el primer verdugo de   la mañana, el espejo, ese tribunal sin piedad que cada día nos condena como portadores de una adición vergonzosa. Esta época adolescente no concibe cumplir años como un valor añadido, sino como una forma devaluada de estar en el mundo. Porque almacenar años se ha convertido en un fracaso anticipado. En un naufragio personal. Y el mundo del trabajo es un reflejo de ello. Tener más de 40 primaveras   es ser portador de un cúmulo de sospechas. Por eso, negar la edad real se ha convertido en un ejercicio redentor. Y de eso saben mucho ciertas empresas   animadoras del cuerpo y del alma que h

Rojo intenso

Jesús de Galíndez Hace años leí  una novela  que me removió por dentro: Galíndez de Manuel Vázquez Montalbán .   No voy a decir que después de esa lectura,  el Estado, sus alcantarillas y los fontaneros que manejan los grifos del poder, se me  revelaran como el Espíritu Santo. No hacía falta leer Galíndez para saber de qué va el Estado cuando molestas de verdad. Pero esa lectura me impresionó por la contundencia de su relato. Por la osadía y el reto  intelectual de una narración que descendía a los infiernos del poder y sus ángeles exterminadores, que desmontaba sus mentiras y la obediencia debida. Manuel Vázquez Montalbán era un intelectual puro, un irredento en tiempos de autocomplacencia liberal. Una mente lúcida que fustigaba las conciencias de los ricos y de los pobres, un crack de pegada corta pero de  efectos largos. Sus demoledores argumentos contra  la alegría de la Corte y el neoliberalismo aznarista de los últimos tiempos le convirtieron en el rojo más o

Realidad o ficción

Una serie estadounidense de TV, Homeland , inspirada en la serie israelí Hatufim (Secuestrado) creada por Gideon Raff, arrasa en USA, pero también en este reino de España arrasado por la incontinencia de los banqueros y políticos corruptos que practican economía de la verdad. La serie se emite por La Cuatro y no va de banqueros.   Tras ocho años como prisionero de Al-Qaeda, sufriendo todo tipo de torturas, e incluso obligado a matar a un compañero, el marine Nicholas Brody es liberado por tropas estadounidenses. Y regresa   a casa como un héroe, pero Carrie Mathison, una agente de la CIA , duda de él, desde el primer momento ¿Por qué no le han matado como a sus compañeros? A partir de aquí la serie se enloquece con un guión asombroso. Los buenos son los malos y los malos son los buenos, la CIA es una banda de asesinos en serie en Irak, cosa que ya sabíamos,   y los musulmanes de Al-Qaeda gente de buen corazón y con una lógica de comportamiento aplastante, cosa que también se enca

I Wonder

Quizás la historia de Xisto Rodríguez ya no sea un enigma para nadie. O al menos ,  no ya  para una gran parte del público que se ha deleitado con esta hermosa historia. Una mezcla de poesía cantada y biografía al por mayor. Hay una canción en el disco Coll Fact, el primero que editó X. Rodríguez ,  I Wonder que logró en 1971 y años posteriores, en Sudáfrica, unir a toda una generación, ser el himno, la clave, la llave de la resistencia contra el poder blanco racista y segregacionista. I Wonder desencadenó un movimiento, fue la mecha que hizo prender conciencias. Una canción. Solo una canción detrás de la cual había un poeta urbano, y obrero, cargado de vida, de emoción y de soledades sin ansias de primar. En su casa de Detroit se vivía pura vida a ras de tierra. Pero suficiente para mover a un país. Ajeno, claro.  Ahora en este reino de España en descomposición, sometido a la tiranía de una derecha económica salvaje, a la tensión de sus polos más débiles;   se

Marc Augé

"Antes de intentar vivir o sobrevivir, nos hace falta afrontar esta hipótesis, desestimar las falsas apariencias de la evidencia, identificar la amenaza y preguntarnos si es necesario resistirnos o no.¿Es en verdad necesario ir hasta el fondo de la desesperanza porque se ha ido al fondo de la ilusión, renunciar tanto a uno mismo como a los otros, al futuro como porvenir? ¿Es necesario, por el contrario, renunciar también a la ilusión de la desesperanza, al orgullo del sufrimiento, aceptar la mediocridad de lo cotidiano y replegarse sobre una sabiduría sin heroísmo, sobre un futuro sin porvenir" Así se expresa Marc Augé en su ultimo libro Futuro . Lo leo y pareciera que es un clásico, pero no. Leanlo, porque Augé razona desde una posición diferente.