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I Wonder




Quizás la historia de Xisto Rodríguez ya no sea un enigma para nadie. O al menos ,  no ya  para una gran parte del público que se ha deleitado con esta hermosa historia. Una mezcla de poesía cantada y biografía al por mayor. Hay una canción en el disco Coll Fact, el primero que editó X. Rodríguez,  I Wonder que logró en 1971 y años posteriores, en Sudáfrica, unir a toda una generación, ser el himno, la clave, la llave de la resistencia contra el poder blanco racista y segregacionista. I Wonder desencadenó un movimiento, fue la mecha que hizo prender conciencias. Una canción. Solo una canción detrás de la cual había un poeta urbano, y obrero, cargado de vida, de emoción y de soledades sin ansias de primar. En su casa de Detroit se vivía pura vida a ras de tierra. Pero suficiente para mover a un país. Ajeno, claro. 
Ahora en este reino de España en descomposición, sometido a la tiranía de una derecha económica salvaje, a la tensión de sus polos más débiles;  se insiste en la necesidad de tensar la calle y tomar el palacio de invierno. Hay condiciones, dicen. Pero lo cierto es que falta una canción. Nuestra particular I Wonder. Y falta nuestro Xisto Rodríguez. Salgo a la calle y quisiera cruzarme con ese X. Rodríguez, de aspecto taciturno, de andar sereno y cabizbajo, dueño de su historia y  al  mismo tiempo, portador de un misil lanzado a la altura de millones de conciencias. Y sé que ahí fuera hay miles de Rodríguez. Solo falta esa  chispa perdida en la inocencia de un instante mágico. Ese que, como I Wonder, resuena  en millones de conciencias hartas de tanto sacrificio en vano. 



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