Los miembros del Tribunal Supremo debieran pasar una temporada en el infierno. Para quemar todas degradaciones jurídicas cometidas contra los condenados por el procès catalán. Para redimirse de tanta sentencia-epitafio, esos que hielan hasta las sonrisas de las momias. Una vez salidos de allí, unas sesiones de psicoanálisis no les vendría mal. Para identificar sus demonios si es que aún no los reconocieron en el Averno. A buen seguro el doctor lacaniano les recomendaría también un viaje por el túnel del tiempo y una sesión de constelaciones biográficas. Para buscar a sus ancestros entre Austrias enviciados, validos que se divierten viendo trabajar a los enterradores y nobles de creencias corrompidas a los que nada les seduce tanto como la obsesión por la muerte. Una vez hecho ese viaje y de vuelta a la realidad, le aconsejaría leer detenidamente la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que dice taxativamente que Junqueras tenía inmunidad desde el 26 de mayo tras las elecciones europeas. Y debería haber sido puesto en libertad. Si no se convencen de que lo que leen, les aconsejo un raticida. Suele servir para iluminarnos ante el instante final, ese que nos paraliza incapaces ya de construir una sonrisa.
Los miembros del Tribunal Supremo debieran pasar una temporada en el infierno. Para quemar todas degradaciones jurídicas cometidas contra los condenados por el procès catalán. Para redimirse de tanta sentencia-epitafio, esos que hielan hasta las sonrisas de las momias. Una vez salidos de allí, unas sesiones de psicoanálisis no les vendría mal. Para identificar sus demonios si es que aún no los reconocieron en el Averno. A buen seguro el doctor lacaniano les recomendaría también un viaje por el túnel del tiempo y una sesión de constelaciones biográficas. Para buscar a sus ancestros entre Austrias enviciados, validos que se divierten viendo trabajar a los enterradores y nobles de creencias corrompidas a los que nada les seduce tanto como la obsesión por la muerte. Una vez hecho ese viaje y de vuelta a la realidad, le aconsejaría leer detenidamente la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que dice taxativamente que Junqueras tenía inmunidad desde el 26 de mayo tras las elecciones europeas. Y debería haber sido puesto en libertad. Si no se convencen de que lo que leen, les aconsejo un raticida. Suele servir para iluminarnos ante el instante final, ese que nos paraliza incapaces ya de construir una sonrisa.
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