Tras el atentado terrorista
de Barcelona, muy poca gente, excepto el colectivo Gazteizkoak, un conocido
francotirador intelectual en plan friki y
una histórica feminista, ha cuestionado
el gatillo fácil de los Mossos d´Esquadra. Un cuerpo policial que hasta hace cuatro días lideraba el
ranking de denuncias por torturas, vejaciones y otros usos y abusos. Incluso
más que la Guardia Civil o la Policía Nacional.
Vi
las fotos de las víctimas. Y también las de los asesinos. Y me conmovieron. Tanto unas como otras. Sé que a los
familiares de las víctimas esta similitud les puede escandalizar. Y lo
entiendo. La venganza es una especie de justicia salvaje. Pero servidor hubiera preferido ver a los asesinos sentados
en el banquillo y defendidos por un abogado. Porque como dice Alba Rico, la
muerte de los asesinos no es el triunfo del bien, sino el fracaso del Estado de
Derecho. Porque esa gente se ha escapado de la justicia. ¿Que se me ha ido la
pinza? Solo les confieso que cuando vi aquellos críos abatidos no me indigné. Aquellos muertos estaban bien muertos. Porque
aquellas balas estaban cargadas de justicia. Entonces, al sentir esto, me
asusté de mí mismo. Y de aquel silencio envolvente. Por eso, pasado el calentón
emocional, me extraña que nadie diga nada. Que nadie cuestione el abatimiento
de seis terroristas, resucitando la
frase de Fraga que decía que el mejor terrorista era el terrorista muerto. O
que la izquierda, esa que tanto ha peleado por la abolición de la pena de
muerte y la tortura, firmara, incluida Bildu, una declaración institucional en
el Congreso de los Diputados el pasado
24 de agosto reconociendo y agradeciendo la labor de todas las fuerzas
policiales y de seguridad por su labor tras los atentados de Barcelona. Tal cual. Y me pregunto
qué ha pasado para celebrar la muerte extrajurídica.
Articulo publicado en Noticias de Navarra el 4 de septiembre de 2017
Con todo el respeto del mundo, faltaría más, pero te envío este comentario mío con respecto al artículo que has publicado.
ResponderEliminarhttps://politica.elpais.com/politica/2017/08/25/actualidad/1503682916_683784.amp.html
Cierto. Muy cierto Carlos. Gracias por tu mensaje y, por supuesto, aportación al discurso. Un abrazo
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