El viejo Borges había llegado a Pamplona para la inauguración de la 16ª edición de la Feria del Libro. Borges llegó con la idea de presentar su ultimo libro, El Aleph, un cuento que previamente había leído por teléfono a Marcela Abarzuza, responsable de una de las casetas de la Feria. Borges apenas firmó cuatro ejemplares de ese libro que contiene todos los libros en medio de un calor sanferminero. Calor que soportaba el mexicano Juan Rulfo en la caseta de Gómez. Rulfo había llegado para promocionar una obra menor, Pedro Páramo. Y de paso evitar, si las ventas iban bien, el cierre de esa librería emblemática. Los radicales libres de Katakrak habían llamado a Jack Kerouac para que presentara su ultima novela , En la carretera , un libro que no hablaba de la vida, porque era pura vida. Henry Thoreau llegó con retraso a la caseta de la librería Walden. Se extrañó de ver su propio libro ya editado por este último mohicano de la ciudad. En la caseta de Elkar, un tal Saizarbito
El blog de Paco Roda