Conocí a este argentino en la librería Auzolan de Pamplona. Él presentaba su obra. Eso me hizo leer "Comí" y después "Hambre", un texto rotundo que sabía a comida y a excesos, a medidas y tiempos, a continentes y a hombres y mujeres que saboreaban comida, la median, la pesaban, como una obsesión, que la echaban en falta, que la tiraban, que la tenían o no, que les costaba conseguirla y que la desperdiciaban. Un libro de gastronomía marxista. Cuando leí "Comí" me sedujo porque yo había pensado cosas similares a lo que él pensaba o había imaginado. Como por ejemplo, ¿Cuántos kilos de comida engullimos al cabo de nuestra vida? ¿Cómo medir semejante volumen? Y cosas así. "Comí" es uno de los penúltimos libros, porque desde entonces acumula varios más.
Caparrós es un imprescindible de la literatura actual. Dicho así suena a loa, pero no se puede decir de otra manera. Dicen de él que es el el Paul Teroux -escritor de viajes- en castellano. Léanlos a los dos y comparen. Martín Caparrós es un viajero viajado viajando sin cesar por los entresijos y rendijas que deja abierta la literatura. Y si algo se puede decir de él es que sus textos huyen de la trampa posmoderna del entretenimiento blando y neoliberal.
Porque cuando te cuenta una historia, cualquiera que caiga en sus manos, te lleva por unos territorios que, igual ya conoces, pero que nunca has visitado. Te engancha a sus desvaríos, sus dudas, racionales e irracionales, metódicas o absurdas. Y notas que trata de depurarse a golpe de buena literatura, esa de la que andamos tan necesitados.
Su ultimo libro Lacrónica es un largo paseo por los viajes de su vida. Unos más cercanos otros más lejanos, en el tiempo, la distancia y la memoria. En todos observas una infinita dedicación, una profunda sinceridad narrativa. Y todo con un único objetivo: cómo contar la vida, las historias, cómo hacerlo para conectar al lector con quien escribe, cómo hacerlo para evitar la soflama y demostrar escribiendo la imposibilidad de estar conforme. Pero también Lacrónica es, sobre todo, sobre todo, un manual de literatura, de buenas prácticas periodísticas, una guía imprescindible para leer bien y escribir mejor. Aunque eso está reservado para algunos que se apellidan Caparrós
http://www.eldiario.es/cultura/Caparros-Internet-problema-solucion-periodismo_0_456004992.html
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