Keit Jarret cumplió el otro día, el 8 de mayo, 70 años. Si usted padece insomnio, depresión, alteración de la conducta política, pulsiones autolíticas u otras dolencias del alma, escuche a este virtuoso del piano. Escuchándole, uno, o una, siente que la vida se paraliza, que el mundo enmudece ante los acordes de su música, no sé si celestial o surgida de las fauces de un ángel carcomido por la seducción de las ruinas. Si usted se encuentra en medio de un seísmo, sacudido por las bruscas alteraciones de los cimientos sobre los que ha construido su vida, escuche a Keit Jarret, porque él le ayudará a mantener la calma. KJ es más que un virtuoso, es un producto de la belleza hecha música. Ha llegado a los 70, pero un hombre escapa a la vejez por méritos propios, cuando concibe la esperanza y la dicha de llegar a un lugar, donde algo nuevo ocurre por vez primera. Y eso se hace poesía y música, la de KJ.
Keit Jarret cumplió el otro día, el 8 de mayo, 70 años. Si usted padece insomnio, depresión, alteración de la conducta política, pulsiones autolíticas u otras dolencias del alma, escuche a este virtuoso del piano. Escuchándole, uno, o una, siente que la vida se paraliza, que el mundo enmudece ante los acordes de su música, no sé si celestial o surgida de las fauces de un ángel carcomido por la seducción de las ruinas. Si usted se encuentra en medio de un seísmo, sacudido por las bruscas alteraciones de los cimientos sobre los que ha construido su vida, escuche a Keit Jarret, porque él le ayudará a mantener la calma. KJ es más que un virtuoso, es un producto de la belleza hecha música. Ha llegado a los 70, pero un hombre escapa a la vejez por méritos propios, cuando concibe la esperanza y la dicha de llegar a un lugar, donde algo nuevo ocurre por vez primera. Y eso se hace poesía y música, la de KJ.
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