Se cumplen en 2015, noventa años del estreno de una película que representó la cima de la propaganda fílmica soviética. La más famosa de las películas mudas del cine soviético, El acorazado Potemkin. En 1925 se le encargó al director Sergei Eisenstein (1898-1948) llevar a cabo esta obra para conmemorar el vigésimo aniversario de la revolución social de 1905 por la Revolución bolchevique.
Se estrenó en 1925, en el Teatro Bolshói de Moscú. El rodaje se llevó a cabo en tres meses. El propòsito de la obra es mostrar el poder del pueblo sobre la autoridad zarista. Durante años, la película se consideró perniciosa en Rusia y entre otras cuestiones, se suprimió la introducción escrita por Leon Trotsky. La razón de ello obedeció al distanciamiento de éste de Stalin. En la Alemania nazi se censuró por la violencia de sus escenas y en Gran Bretaña no fue permitida hasta 1954. En España se estrenó en 1930 y circuló de forma clandestina hasta su reestreno en 1977 en Barcelona. Uno de los climax de la película ocurre en la escena donde se muestran las escaleras de Odessa; las tropas del Zar arremeten contra el pueblo y un cochecito de niño baja las escaleras sin control tras el asesinato de su cuidadora. Sin duda una escena que ha sido homenajeada por algunos directores como Brian de Palma en Los intocables de Eliot Ness o Woody Allen en Bananas.
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