La entrevista de Ana Pastor en la Sexta el domingo 16 de noviembre a Pablo Iglesias fue todo un alarde de periodismo. De buen periodismo plural. Pero hasta cierto punto. Y con este pero no le quito un ápice a la profesionalidad. Como que también fue la primera vez que PI se removía para encontrar una respuesta acertada ante el bombardeo de Ana Pastor.
La clave de un buen periodista no está en ser incisivo, que algunas veces sí; otras debe ir más allá del "aquí te voy a pillar" porque donde "dijiste digo ahora dices Diego". Ana Pastor se lució en un alarde de control documental que desbordó, ciertamente a PI. Pero Ana Pastor se olvidó de conversar para ir a pillar en un renuncio o en dos a PI. Y lo consiguió. Cierto. Porque Podemos no dice siempre lo mismo. No funciona a pie de letra. Lo que ocurre es que un programa del calibre del que despliega Podemos y de las ideas y la magnitud de las mismas, no es posible su análisis desde la posición en que se ubicó Ana Pastor. Y esa posición, insisto, buscaba más el renuncio, el error, el hueco, del discurso, que el contraste, la fluidez de posiciones y su respectiva explicación programática.
Otra cuestión es la capacidad de PI para dar respuesta ordenada y convincente a algunas ideas que se manejaron. Por ejemplo, no es la primera vez que PI no explica correctamente la Renta Básica de Ciudadanía, es más, en esta ocasión la mezcló con las Rentas Mínimas que están enmarcadas en el Sistema de Garantías de Rentas y las gestionan las Comunidades Autónomas. Y eso es un error a corregir y a explicar. Porque la explicación de la Renta Básica requiere un ordenado y coherente discurso, que lo tiene.
Comentarios
Publicar un comentario