Ir al contenido principal

¿En qué quedamos?


No recuerdo ya si voté ayer. Europa tiene ese defecto; que seduce por su idilio entre la libertad y la democracia pero aturde por su falsedad bien ensayada. Hace dos años, no más, Europa era un vertedero de críticas, de juramentos; un escupidero de maldiciones, un alegato contra la abominación de un territorio pervertido por el mercado, las plusvalías, la burocracia y el sinsentido impotente de sus instituciones multiplicadas hasta la empacho. No hace más de un año, Europa era la diana de la izquierda altersistémica. El karma de la frustración austericida. Antes de la campaña electoral, Europa no tenía ninguna credibilidad para nadie al margen del PP. Europa era solo una entelequia sin soberanía a los pies de la Troika caníbal, un hipermercado de tiburones de afilada dentellada, un matadero de obreros del sur, un prostíbulo de mujeres del este, un paraíso humillante de setenta millones de pobres embellecidos por los subsidios de un bienestar en bancarrota. Ahora resulta que la izquierda, casi en su totalidad, vuelve a creer en Europa. Y pide confianza en las instituciones de esa Europa que ha rescatado bancos y secuestrado a millones de ciudadanos. En esa Europa despolitizada incapaz de frenar a Alemania en su pangermanismo económico. En esa Europa sometida a la economía, sin capacidad de frenar la codicia de los escualos capitalistas que han cambiado el mundo a la medida de sus dentelladas. De repente, la izquierda amnésica se ha vuelto europeísta y creyente en una política-ficción de la cual renegaba hace dos días. ¿En qué quedamos? Me jode este doble juego de la izquierda buenista que tanto despista a la gente con ganas de poner frenos a este jodido mundo.

http://www.noticiasdenavarra.com/2014/05/26/opinion/columnistas/a-pie-de-obra/en-que-quedamos



 Escribí este articulo antes del resultado de las elecciones europeas del pasado domingo 25 de mayo. Hoy volvería a suscribirlo. Si la pretensión de los partidos de izquierdas, al margen del PSOE, era medir sus fuerazas, calcular su potencial eco entre la ciudadanía, medirse a si mismos, calibrar su onda, tensar a la derecha; bien, vale, ya está. Cada uno ha ocupado su lugar y justificado su producto ante el electorado, pero no era esa la demanda. Porque la idea era participar o no en esa construcción o decosntrucción de esa Europa a la deriva. Habría que analizar, y tener en cuenta,  que esos resultados pueden ser una tendencia, un indicio, pero no una clave para interpretar el presente. Tengamos en cuenta que han votado algo más de cuatro personas de diez posibles. La izquierda siempre ha echado mano de la abstención para echar en cara a la derecha el peligro de arrogarse representatividad en situaciones similares. Pues eso...

Comentarios

Entradas populares de este blog

El circo de Lodosa

Hay muertos que no buscan a sus asesinos. Ni siquiera se buscan a sí mismos. Solo quieren saber si queda alguien que les eche en falta. Porque hay muertos que no son de nadie. Son los más amargos. Porque siguen sin morir del todo. Ocurrió en Lodosa. En La Plazuela. Eran la seis de la tarde del 18 de julio de 1936. La plaza olía a circo. Pero también a sangre y a moscas. Algunos ya sabían que el futuro se acababa allí. A esa hora. Otros prefirieron buscar dónde matar el calor de una tarde sangrienta. Y allí estaba el circo para sonreírle a un verano bastardo: el Circo Anastasini. Un circo procedente de Ceuta regentado por un italiano, Aristide Anastasini. En el circo había un elefante viejo y caballos y payasos,   y una niña amazona llamada Joana que cabalgaba un corcel blanco que giraba alrededor de un destino negro. Y había moros y negros y malabaristas de Madrid y payasos italianos y magos y funambulistas franceses del protectorado español de Marruecos. Cincuenta enamorados de

Mario Gaviria, de trago largo y coito corto

Mario en 1998 un café de Madrid, con 60 años. Foto: Miguel Gener Quizás, para mucha gente, Mario Gaviria, fue un desconocido. Ese ribero de Cortes, sociólogo para mas señas y arquero del primer ecologismo navarro, falleció el pasado sábado a punto de llegar a los 80. Él cumplió con aquello de no ser profeta en su tierra. Quizás no supo tomar las precauciones necesarias para ser un mal comprendido. Y es que mientras el viejo régimen de UPN gobernó esta Comunidad, este alumno de Henry Lefevre, antiguo consultor de las Naciones Unidas en África, autor de 40 libros y Premio Nacional de Medio Ambiente en 2005, fue sistemáticamente invisibilizado. Quizás por eso miró a Zaragoza, donde trabajó intensamente en proyectos urbanísticos y medioambientales como la traída del agua del Pirineo para abastecer la ciudad o el diseño del barrio de viviendas sociales y ecológicas del Parque Goya. Mientras tanto,   aquí se le negaba el reconocimiento que él nunca buscó. Hasta que en 2006, el Colegio d

Ego, las trampas del juego capitalista

"Es hora de pensar en una vía de salida, de nuevos modelos altruistas y de colaboración que no conviertan cada uno de los aspectos de nuestra vida en una ecuación matemática". Porque la codicia y el juego son estímulos suficientes para el juego d ella vida.  Conjuguen esta lectura con la serie, Juego de Tronos y verán como lo que nos mueve, en una u otra dirección es el miedo. Como dice Jesús Aller " Nadie entiende lo que ocurre y los políticos que están a cargo del asunto se refugian en clichés:  “No hay alternativa” ,  “Si fracasa el euro, fracasa Europa” . La realidad es que han perdido el control, porque lo que se despliega son simplemente las estrategias de una guerra no declarada entre los estados y las entidades globalizadas del mercado financiero, que actúan simbióticamente con el gobierno de Estados Unidos. La última crisis no fue en este sentido una situación excepcional, sino una batalla más del conflicto.   Los políticos aceptan que en este enfrentamient