Ir al contenido principal

Literatura y estado de ánimo


Cuesta pensar, hablar, escribir sobre el estado de esta realidad casi fantasma. Como si todo estuviera dicho, hablado y contado y nada sirviera ya para atraer su atención, como si estas líneas, perdidas en la red, apenas sirvieran para algo. Porque la reiterada insistencia del dardo envenenado  sobre la misma diana, cansa y ofusca toda sensibilidad. Todo está explicado, analizado y expuesto sin compasión ante el mundo y sus secuaces.Quien quiera saber qué ocurre y porqué, solo tiene que abrir los ojos. Nunca la verdad estuvo tan desnuda. Y nunca fue tan perversa su mirada. Sin embargo ¿qué hacer? callar, disfrazarse, revestirse de nuevos ropajes, cambiar la mirada, mirar para otro lado, asentir, perseguir al ladrón, suicidarse, quizás todo y nada de ello. Son tiempos duros que requieren de nueva posición, de perdidas y hallazgos. De entre la abundante literatura que cada año emerge, surgen títulos que nos pueden ayudar, no ya a entender lo que ocurre, ya no se trata de eso, sino a enriquecernos con su consumo para gestionar mejor nuestra tensión ante el mundo. Y eso  nos hace merecidamente más ricos. Por ejemplo, Adam Soboczynski, es un tipo polaco, joven, de la añada del 75 que ha escrito un librito que se devora de una sentada y que deja  un retrogusto políticamente incorrecto. El libro de los vicios (Anagrama) es una dentella a todo tipo de control, decencia, éticas y estéticas de la posmodernidad más condescendiente  y un jaque mate a la complacencia y la amabilidad literaria. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Miquel Marti i Pol

Hace 15 años escribí este artículo en Noticias de Navarra. Hoy hace 15 años de la muerte de este inmenso poeta catalán.  Mientras algunos políticos analfabetos se enriquecen por el morro, mueren los poetas. A uno el cuerpo le pide mandarle a ese tal Galipienzo uno de los poemas de Miquel Martí i Pol, el poeta-obrero catalán muerto el martes pasado. Pero hay algunos hombres tan necios que si una sola idea surgiese de su cerebro, ésta se suicidaría abatida por   su dramática   soledad. Por eso prefiero seguir leyendo a este inmenso poeta que se ha ido en busca de un mundo donde reconstruir sus utopías. Miquel Martí i Pol fue una de las voces emblemáticas de la poesía catalana y un referente imprescindible de la identidad catalana.   Un escritor de enorme carga emocional, un hombre que construía versos con los que se jugaba la vida en cada instante. Un obrero de toda la vida que empezó a trabajar a los catorce años en una fábrica de Rod...

Vila-Matas no invita a la lógica

Vila-Matas es un tipo desconcertante. Pretende desaparecer, hacerse invisible, pero no lo consigue. y mira que ha insistido en ello. Pero lejos de ello, se hace más presente. Y  es que  esa desaparición pasa por la propia transformación de su mundo literario. Por el vaciado de su propia materia prima textual. VM ha iniciado, creo,   la última parte de su carrera de fondo  literaria con su ultima aportación. Y espero que tenga su recompensa. Para algunos críticos, VM es un escritor escorado a ninguna parte, excepto hacia su propio mundo interior, eso sí,  sin llegar a ser un pedante del lirismo estético individualista. Otros, alguno de mi provinciana ciudad sanferminera, le achacan de postmoderno colaboracionista de la fatuidad de la literatura sin compromiso. Nada más lejos después de leer su última novela. Si es que es novela. Tras la lectura de esta obra, me siento más vilamatiano que nunca. Por una razón muy simple. Este tipo me habla al oído, susurra c...

El circo de Lodosa

Hay muertos que no buscan a sus asesinos. Ni siquiera se buscan a sí mismos. Solo quieren saber si queda alguien que les eche en falta. Porque hay muertos que no son de nadie. Son los más amargos. Porque siguen sin morir del todo. Ocurrió en Lodosa. En La Plazuela. Eran la seis de la tarde del 18 de julio de 1936. La plaza olía a circo. Pero también a sangre y a moscas. Algunos ya sabían que el futuro se acababa allí. A esa hora. Otros prefirieron buscar dónde matar el calor de una tarde sangrienta. Y allí estaba el circo para sonreírle a un verano bastardo: el Circo Anastasini. Un circo procedente de Ceuta regentado por un italiano, Aristide Anastasini. En el circo había un elefante viejo y caballos y payasos,   y una niña amazona llamada Joana que cabalgaba un corcel blanco que giraba alrededor de un destino negro. Y había moros y negros y malabaristas de Madrid y payasos italianos y magos y funambulistas franceses del protectorado español de Marruecos. Cincuenta enamorado...