Un hombre que ha dado un paso al frente. Un hombre, escritor para más señas, que no declina responsabilidades. Un escritor, realista, social, sí ¿Y qué ? ¿A qué tantos remilgos con la literatura? Con la equidistancia de la creación. Un hombre asqueado, sí, como muchos. Un hombre apartado, vilipendiado, juzgado, poco profeta, o nada, en su tierra. Y ahora, un pregonero de la desvergüenza, del saqueo programado y constante, de la rapiña consentida y permitida. Un hombre que ha hablado antes, durante y después. Quizás ahora más alto. Pero siempre, o casi siempre, tomado por el bufón del reino, por el tocahuevos incómodo. Ni su amplia bibliografía le redime. Apartado de las tartas, de los repartos, de los saraos. Pero él a lo suyo. Ahora, quizás harto, presenta El asco indecible. Con ustedes Miguel Sánchez Ostiz
Hace 15 años escribí este artículo en Noticias de Navarra. Hoy hace 15 años de la muerte de este inmenso poeta catalán. Mientras algunos políticos analfabetos se enriquecen por el morro, mueren los poetas. A uno el cuerpo le pide mandarle a ese tal Galipienzo uno de los poemas de Miquel Martí i Pol, el poeta-obrero catalán muerto el martes pasado. Pero hay algunos hombres tan necios que si una sola idea surgiese de su cerebro, ésta se suicidaría abatida por su dramática soledad. Por eso prefiero seguir leyendo a este inmenso poeta que se ha ido en busca de un mundo donde reconstruir sus utopías. Miquel Martí i Pol fue una de las voces emblemáticas de la poesía catalana y un referente imprescindible de la identidad catalana. Un escritor de enorme carga emocional, un hombre que construía versos con los que se jugaba la vida en cada instante. Un obrero de toda la vida que empezó a trabajar a los catorce años en una fábrica de Rod...
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