451 páginas llenas de dolor, de violencia y de amor, de abusos, de violaciones y de golpes que suenan huecos y rotundos contra una mejilla de once años, de once años, joder, puto cabronazo, 451 páginas que te devoran en medio de un río de lágrimas, páginas sin concesión de una autora que narra su vida, su perra vida en Carolina de Sur durante una adolescencia que desprende una luz brutal.
Todo ello ocurre entre casas con porches, whiskies de garrafón, cervezas y tés fríos, jardines sin yerba, talleres de coches viejos, ruedas quemadas, música country y góspel, familias largas como una noche en vela e infancias arrancadas de la vida. Todo pasa en los años cincuenta del pasado siglo en esa América dura, racista y sin piedad. 451 páginas que te revuelven las tripas pero también te arman de esperanza pues sabes que ella, esa cría de once años te habla después, mucho tiempo después tras haber bebido ese tiempo negro. Y lo hace como una resistente sin concesión alguna al romanticismo merengue de ciertas literaturas. Con compasión y una prosa prodigiosa. Léanla si han olvidado lo que es una adicción.
Hace 15 años escribí este artículo en Noticias de Navarra. Hoy hace 15 años de la muerte de este inmenso poeta catalán. Mientras algunos políticos analfabetos se enriquecen por el morro, mueren los poetas. A uno el cuerpo le pide mandarle a ese tal Galipienzo uno de los poemas de Miquel Martí i Pol, el poeta-obrero catalán muerto el martes pasado. Pero hay algunos hombres tan necios que si una sola idea surgiese de su cerebro, ésta se suicidaría abatida por su dramática soledad. Por eso prefiero seguir leyendo a este inmenso poeta que se ha ido en busca de un mundo donde reconstruir sus utopías. Miquel Martí i Pol fue una de las voces emblemáticas de la poesía catalana y un referente imprescindible de la identidad catalana. Un escritor de enorme carga emocional, un hombre que construía versos con los que se jugaba la vida en cada instante. Un obrero de toda la vida que empezó a trabajar a los catorce años en una fábrica de Rod...
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