Hay veces que las ideas chocan contra los muros. Y veces que los muros se alían con las ideas, como si fueran el sujeto y el predicado. Como aquel muro que dividía a una nación en dos y un día un beso las juntó. Este muro que aquí se ve, en tiempos fue un campo donde se cosechaba trigo y cebada. Hubo también algunas viñas de txakolí que luego se vendía en la Estafeta. Entonces las ideas estaban encerradas entre los muros; de las prisiones, de los calabozos, de las escuelas, de las iglesias y hasta de los libros. Hoy las ideas vienen y van sin control alguno, como esas pinturas que se recuestan sobre ese muro que un día fue un trozo de trigal y que hoy se llama el Parque de las Pioneras. En Lezkairu.(Pamplona)
Hay un colectivo de mujeres jóvenes y artistas que dicen llamarse “Variopintas”, son varias y el nombre les viene que ni pintado. Han decidido convertir este trozo de muro en un lienzo de la historia y la memoria feminista. Sobre él han dibujado a Josephine Baker, Maud Wagner , Sofonisba, Camino Oscoz, Ruth Buendía, Carmen Baroja, Maddalen Jauregiberry o Eularia Abaitua, entre otras muchas. Conocidas y no tanto. Las hay vivas y muertas. Pero el peso de todas ellas está desafiando la teoría de la gravedad. Se nota ya en este muro que se inclina hacia un lado de la historia no nombrada. La de ellas, ellas vistas por variopintas miradas. Hay días que lo que necesitamos es un muro sobre el que recostarnos. Aquí tienen uno donde sostener la mirada.
Hace 15 años escribí este artículo en Noticias de Navarra. Hoy hace 15 años de la muerte de este inmenso poeta catalán. Mientras algunos políticos analfabetos se enriquecen por el morro, mueren los poetas. A uno el cuerpo le pide mandarle a ese tal Galipienzo uno de los poemas de Miquel Martí i Pol, el poeta-obrero catalán muerto el martes pasado. Pero hay algunos hombres tan necios que si una sola idea surgiese de su cerebro, ésta se suicidaría abatida por su dramática soledad. Por eso prefiero seguir leyendo a este inmenso poeta que se ha ido en busca de un mundo donde reconstruir sus utopías. Miquel Martí i Pol fue una de las voces emblemáticas de la poesía catalana y un referente imprescindible de la identidad catalana. Un escritor de enorme carga emocional, un hombre que construía versos con los que se jugaba la vida en cada instante. Un obrero de toda la vida que empezó a trabajar a los catorce años en una fábrica de Rod...
Qué bonito lo has contado. Gracias
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