Ir al contenido principal

Hablemos del tiempo



 

2021 se despertó del lado fascista. Como si quisiera anunciar que las épocas de espanto predominan sobre las de calma. Primero una banda de militares españoles enganchados a la ketamina de los  Tercios de Flandes firmó  un manifiesto en el que acusaban al Gobierno de suponer un “grave riesgo para la unidad de España”. Detrás de esto anda  el general de división retirado Juan Chicharro, presidente de la Fundación Franco, dedicada a ensalzar la figura del carnicero del Ferrol. Luego,  otro esquizofrénico carcomido por la corrupción de sí mismo, mandó ocupar el Capitolio de Washington. Y allá que se fueron las hordas blancas y empobrecidas, convirtiendo su fascismo en escenografía política de saldo. A ver si conseguían reventar el corazón del poder. Y es que el Estado se nutre siempre con la anemia ajena. Mientras tanto, VOX  jaleaba tanto a esos militares, jadeantes entre crímenes y sueños, como  al narcisista patológico americano. Y es que la libertad ha resultado ser un principio fácilmente apropiable para los fines políticos más bastardos y opuestos a la emancipación. 

Si desde la izquierda se critican los efectos nocivos de la libertad económica de mercado, nada nos impide analizar la libertad política y sus desvaríos. Gracias a esa libertad, el fascismo está sentado en los escaños del Capitolio y del Congreso español. Y su objetivo no es otro que su rehabilitación en nombre de la raza, la clase y el corporativismo estatal totalitario.  

Ya lo advirtió Hannah Arendt  en "Los orígenes del totalitarismo" . Y es que el fascismo no se blanquea, se combate, no se explica,  se enfrenta, no se deja hacer, se prohíbe. Y sí, lo de estos días da miedo, pero también hay un fascismo social silenciado. Desde hace meses 7000 personas, entre ellas 2000 menores, viven sin luz  en la Cañada Real de Madrid. Pero mejor, hablemos del tiempo. 


Publicado en Noticias de Navarra el 11 de enero de 2021

 

 

 

 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Miquel Marti i Pol

Hace 15 años escribí este artículo en Noticias de Navarra. Hoy hace 15 años de la muerte de este inmenso poeta catalán.  Mientras algunos políticos analfabetos se enriquecen por el morro, mueren los poetas. A uno el cuerpo le pide mandarle a ese tal Galipienzo uno de los poemas de Miquel Martí i Pol, el poeta-obrero catalán muerto el martes pasado. Pero hay algunos hombres tan necios que si una sola idea surgiese de su cerebro, ésta se suicidaría abatida por   su dramática   soledad. Por eso prefiero seguir leyendo a este inmenso poeta que se ha ido en busca de un mundo donde reconstruir sus utopías. Miquel Martí i Pol fue una de las voces emblemáticas de la poesía catalana y un referente imprescindible de la identidad catalana.   Un escritor de enorme carga emocional, un hombre que construía versos con los que se jugaba la vida en cada instante. Un obrero de toda la vida que empezó a trabajar a los catorce años en una fábrica de Rod...

Minuto

No podré votar por Yala Nafarroa con Palestina para que lance el txupinazo y el cielo se avergüence. Así que dejaré aquí mi voto. Creo que el resto de propuestas tienen tiempo de lanzarlo. El año que viene, si viene, o el que sea. Sin embargo Gaza no puede esperar. Aun con nueva tregua trampa. Que Yala lance el txupinazo será un acto simbólico de gran impacto internacional. Y será, como no podría ser de otra manera ,un acto político. Claro, como tantos gestos diarios revestidos de inocencia viciada. Porque no se puede pasar de puntillas, ni ser equidistante, ante esta masacre gazatí. Porque hasta el silencio miedoso y colaboracionista que inunda el mundo, también es político. ¿Te suena de algo Melody? Pero además, Yala no es una candidatura personal, cuestión que deberíamos revisar en favor de lanzaderas colectivas si reclamamos fiestas fusionadas e inclusivas. Yala, agrupa a 225 colectivos sociales y ONGs frente al genocidio y ocupación palestina. Y llevan años. Pero Yala ...

El viejo pino

El viejo pino no aguantó la embestida de un viento sin piedad, un viento enloquecido, como una llamada de teléfono de desamor. Dicen que cayó a cámara lenta, como queriendo agarrarse al último suspiro de sus resecas raíces. El viejo pino tenía más de cien veranos y había sido testigo de noches de amor y de todas las lunas, de tormentas, granizos, vientos cierzos y “castellanos” y también de alguna guerra aún sin cicatrizar. Fue refugio de cientos de nidos y testigo mudo de miles de vuelos que los cernícalos convertían en piruetas de amor y de muerte. Cada año, llegado septiembre, cuando la luz desciende sobre los pimientos recién asados, el pino crecía varios milímetros. Lo hacía, dicen, para oír mejor el repique de campanas que anunciaban una procesión desde tiempo inmemorial. Y también dicen, quien lo ha visto crecer, que en algunas noches recargadas de estrellas, se podía oía su respiración que sonaba como un gemido. Entonces, algunas gentes se arrimaban a su tronco para encontrars...