Si hubiera vivido, hoy habría cumplido 101 años. Pero va a hacer siete que murió. Doris Lessing, hija de colonos británicos, nació en el actual Irán, aunque su alma blanca siempre fue negra, pues fue hija del África negra colonizada por los restos del Imperio Británico del que formaba parte y que ella vivió como una decadencia. Y es que vivió treinta años en la profundidad de Rodesia, actual Zimbabue.
Doris Lessing fue ante todo un torpedo a la línea de flotación de muchos sistemas de pensamiento, palabra, obra y omisión. Comunista hasta médula y excomunista hasta el tuétano sin hacerse anticomunista ni anunciarlo a los cuatro vientos, feminista sin pretenderlo -fueron los movimientos feministas quienes tras la lectura del “Cuaderno Dorado”, la declararon icono de las reivindicaciones feministas de los años sesenta y setenta-, antirracista, anticolonialista, ecologista y unidad familiar monomarental que diríamos hoy y así conjugando varios ismos más que supo gestionar hasta su muerte. Con una capacidad de trabajo brutal y protagonista de un tiempo intenso que compartió con cientos de las personalidades más influyentes de Europa, África y USA, Doris Lessing lo hizo todo con esa costosa independencia que sangra cuando llegas hasta el límite de tus convicciones. Asumió sus contradicciones como su propia vida y, sobre todo nunca reparó en la corrección política. Y ante una obra inmensa , no quedaba más remedio que darle el Nobel de Literatura en 2007.
Hace 15 años escribí este artículo en Noticias de Navarra. Hoy hace 15 años de la muerte de este inmenso poeta catalán. Mientras algunos políticos analfabetos se enriquecen por el morro, mueren los poetas. A uno el cuerpo le pide mandarle a ese tal Galipienzo uno de los poemas de Miquel Martí i Pol, el poeta-obrero catalán muerto el martes pasado. Pero hay algunos hombres tan necios que si una sola idea surgiese de su cerebro, ésta se suicidaría abatida por su dramática soledad. Por eso prefiero seguir leyendo a este inmenso poeta que se ha ido en busca de un mundo donde reconstruir sus utopías. Miquel Martí i Pol fue una de las voces emblemáticas de la poesía catalana y un referente imprescindible de la identidad catalana. Un escritor de enorme carga emocional, un hombre que construía versos con los que se jugaba la vida en cada instante. Un obrero de toda la vida que empezó a trabajar a los catorce años en una fábrica de Rod...
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