Hoy iré a la manifestación. Como muchos
hombres feministas, claro que sí. Pero a menudo me pregunto si no seré un
machista feliz encantado de ser feminista. Y no, no me confundan con ese
machista rotundo que otro día que se llevó por delante a la madre de sus hijos.
Lo que me estoy preguntando es si mi machismo aceptado socialmente entre los
aliados feministas no será también arte y parte del orden patriarcal que no
acaba de ceder.
Hoy se celebra ese Día
Internacional que nos interpela a los hombres. A ver, soy blanco, heterosexual,
soy cis, como Asirón, y creo en la
igualdad. Incluso escribo y milito. Todo de manual. Y sin embargo, en lo más
profundo mí, creo que hay algo como varón patriarcalizado que no ha saqueado aún sus
machismos más íntimos, esos que en la cotidianidad más normalizada se pasan por
alto. Esos que estabilizan y sostienen la normalización de la violencia contra
las mujeres. Porque esa violencia, creemos, es cosa de otros, de los maltratadores con pedigrí, de
esos asesinos y machistas del Telediario. Entonces es cuando me miro y miro a
mi alrededor, a mis amigos hombres, a mis conocidos, tan normales seguir leyendo
Hace 15 años escribí este artículo en Noticias de Navarra. Hoy hace 15 años de la muerte de este inmenso poeta catalán. Mientras algunos políticos analfabetos se enriquecen por el morro, mueren los poetas. A uno el cuerpo le pide mandarle a ese tal Galipienzo uno de los poemas de Miquel Martí i Pol, el poeta-obrero catalán muerto el martes pasado. Pero hay algunos hombres tan necios que si una sola idea surgiese de su cerebro, ésta se suicidaría abatida por su dramática soledad. Por eso prefiero seguir leyendo a este inmenso poeta que se ha ido en busca de un mundo donde reconstruir sus utopías. Miquel Martí i Pol fue una de las voces emblemáticas de la poesía catalana y un referente imprescindible de la identidad catalana. Un escritor de enorme carga emocional, un hombre que construía versos con los que se jugaba la vida en cada instante. Un obrero de toda la vida que empezó a trabajar a los catorce años en una fábrica de Rod...
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