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Pobres de nosotros

Foto: Gilles Peress. Magnun

Sara Mesa (Madrid 1976)  suele escribir con el alma en la mano. Sara Mesa ha construido un libro que bien pudiera ser un manual de despresurización de muchos profesionales de los Servicios Sociales. Y es que, a  veces uno suele encontrarse con libros así, esos que muestran vidas que se crean en el delirio y se deshacen en el hastío. Sara Mesa ha escrito hace cuatro días Silencio administrativo La pobreza en el laberinto burocrático (Anagrama) Y les digo que es el libro que me hubiera gustado escribir. Porque conozco a su protagonista, a Carmen, esa  mujer sin hogar y enferma que malvive mendigando en las calles de Sevilla pero que también la veo por las calles de Pamplona.  Porque conozco las calamidades que relata, esa vida sesgada a cámara lenta por obra y gracia de una administración de la que participo, porque soy arte y parte  de ese laberinto fiscalizador que la administración ha creado para contener y gestionar la pobreza, porque tramito esas Rentas Garantizadas de la que habla el libro, con sus condicionantes estúpidos, incongruentes, ilógicos, desubicados, irreales, atemporales. Este libro va de denuncia. Y denuncia a este sistema de rentas mínimas, aquí la Renta Garantizada, por la poca capacidad para mejorar las vidas de la gentes. Porque estigmatiza y contribuye, por su tratamiento, discurso y gestión, a aumentar las dosis de aporofobia (odio a los pobres) existentes en nuestras sociedades racistas.

Mesa habla aquí de esos muchos “mientras tantos”, esos largos períodos que suceden desde el primer contacto con servicios sociales hasta que finalmente recibes (si es que la recibes) la ayuda, esa famosa Renta Garantizada. Y sí, reconozco que vivo en esta comunidad pionera, oasis de exclusión que presume de tener la más alta de los salarios sociales  del Estado. Incluso de ser la más eficaz. Pero aún así, este libro se podría haber escrito aquí con personajes de aquí. Porque aquí tampoco este sistema de protección arregla las vidas de la gente. Ni arregla el problema de la pobreza. Y sí, ya sé que esto va de estructuras. Por eso quienes defendemos la Renta Básica Universal desde hace años, insistimos en ello. Solo una Renta Universal sin condicionantes recibida  por el solo hecho de ser ciudadanos, contribuirá a eliminar la desigualdad y estabilizar la vida de millones de personas. Esas de las que habla Sara Mesa, invisibilizadas y fagocitadas por un Estado de Bienestar muy mermado.

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