Aquí también tuvimos nuestros Joy Division: La Polla, Cicatriz, Kortatu y los situacionistas de Hertzainak, pero sinceramente, no creo que llegaran a la profundidad y radicalidad existencial de Joy Division. Uno escucha «Love Will Tear Us Apart», cuya letra autobiográfica, dicen, es un reflejo de lo que sentía Ian Curtis previo a su suicidio, y sucumbe ante esa banda capaz de cantar toda la historia del movimiento obrero con acordes de un rock rabioso.
Hoy trato de buscar algo similar y solo encuentro la banalidad de una música mediocre y amable al servicio del neoliberalismo artístico más complaciente.
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