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Putas privadas para puteros públicos

Matilde Cuevas. Mujeres prostituidas en el Madrid del s. XIX



Pareciera que en debate sobre la prostitución  se cumple esa ley machista relacional que trata de demostrar quien la tiene más larga. Tras la aprobación y posterior derogación por parte del gobierno  de la propuesta del sindicato prostitucional OTRAS, se ha incrementado el debate. Y en las redes se cuelgan cientos, miles de reflexiones que tratan de ocupar sitio, espacio; como si de copar el mercado ideológico se tratara. Y una idea-fuerza que gana terreno en este mercado neoliberal del pensamiento es que las mujeres prostituidas deben tener derechos laborales. Como cualquier otro trabajador o trabajadora. Olvida esta tesis que frente al 95% de las mujeres prostituidas por obligación - casi 4.000.000 al año- para gusto y solaz de los hombres puteros, solo hay un 5% que dice ejercer la "profesión" libremente. Se trataría  de potenciar un derecho privado, el  de un 5% de la población prostituida frente al 95% de población prostituida y esclavizada. Para satisfacción de  puteros y transnacionales del sexo. En definitiva, se quiere aplicar  y legislar en clave privada pero que tendría efectos públicos de gravísimas consecuencias.
Imagínense unos cuantos cientos de  esclavos bien tratados por sus amos que hubieran clamado y proclamado un manifiesto en contra de la derogación de esta lacra. Solo porque ellos fueron  bien tratados por sus amos frente a los millones de esclavizados. La historia hubiera proclamado su ironía.    Por eso  este libro desafía la ley de la gravedad de los hechos. Merece la pena.

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