No solo huele a toro, huele a voto. Se confirmó el jueves en el pleno municipal. El
ex alcalde Maya acusó a Asirón de haber “puesto Pamplona a disposición de
Bildu, de Sortu, no hay más que pasear por Pamplona y ver qué esta pasando en
las calles, con choznas, barras de bar y gaztetxes “. A ver Enrique, en confianza, acaso
olvidas que bajo tu manto y protección normativa, se abrió la veda hostelera
más salvaje que haya conocido este casco viejo. Acaso no es verdad que UPN
rebajó las exigencias normativas, miró para otro lado y permitió que este
barrio sea hoy un bar a cielo abierto. Acaso UPN hizo algo para evitar que este
barrio se haya convertido en el espacio-negocio más rentable de la ciudad. Y
no, no seré condescendiente con el equipo de gobierno actual, ni lo exculparé
de esta carnicería. Porque pudiendo, no ha frenado esa deriva. Porque yendo de
“buen rollo” ciudadanista, no basta. Y es que tanta participación y amabilización
solo ha conseguido neutralizar y desconflictivizar a un barrio seducido por la
espectacularización diaria al servicio de los intereses hosteleros, un lobby cuyas rentas nunca revierten. Les
pondré un ejemplo. Desde que la amabilización reordenó nuestras rutas diarias,
los aparcamientos privados del centro y ensanches, han aumentado su negocio. Puede
que detrás de la amabilización haya buena voluntad. Seguro. Pero con eso no
basta. Porque hay que medir los impactos. Porque si siempre ganan los mismos y la
vecindad pierde derechos o se banalizan,
se confirma que este barrio va camino de ser más un proyecto de mercado que de
convivencia. Y así reproducimos modelos especulativos. Y más. Hoy el casco
viejo no es, ya lo siento Itziar Gómez, una zona ordenada y calmada. Hoy el
centro histórico, secuestrado sin pudor, es un hipermercado al servicio de
empresas privadas que gestionan maratones, carreras, ferias, conciertos, días
del rosado, semanas temáticas, festivales, muestras, exhibiciones, y todo lo
que huela a pasta gansa. Y no me hablen más de dinamización. Eso solo responde
a un orden y una calma, la del capitalismo reformado y amable.
Artículo publicado el 25 de junio de 2018 en Noticias de Navarra
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