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Tres anuncios en las afueras



No se que opina el crítico de El País, Boyero, de esta película. Pero les aseguro que cada segundo es una sacudida. Que cada minuto es un golpe bajo a las emociones que se te mueven de un lado a otro como una montaña rusa. Desde el principio. Te plantas ante un pueblo sureño de la profunda América conservadora. Y comienza un tobogán en busca de una venganza, de una reparación, de un juego violento donde las emociones más contradictorias y el lenguaje más freudiano, se confabulan. Una mujer, Mildred, (Frances McDormand)  que se icononiza como  John Wayne afronta un desafío frente a un jefe de policía que escribe uno de los manifiestos vitales más brutales y conmovedores de los últimos tiempos.
Una película muy propia de los hermanos Cohen aunque la firme McDonagh, un tipo al que le va la brutalidad cinematográfica tan propia de Fargo. Una película que hay que ver, necesariamente. Para sentir como las pasiones humanas, entre ellas, la tenacidad, la denuncia ante la mirada para el otro lado del orden policial y la corrupción emocional, nos hacen temblar de placer. Cinematográfico.

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