Companys, Tarradellas, Xirau y otros representantes de ERC, encarcelados tras la intentona de 1934. Después de 83 años, la historia escupe dosis de realidad |
El
encarcelamiento de los Consellers y Junqueras es un salto represivo cualitativo
de gran envergadura. Y sitúa a todos los partidos de izquierda y a la
ciudadanía española ante un holocausto político. Con esta decisión política más
que judicial, por mucho que el stabilisment
mediático se empeñe en tecnocratizar, el gobierno entra en fase de
reconquista. Inicia un proceso de
ensañamiento en Catalunya y olvida toda tentación negociacionista si alguna vez
la tuvo. La hitlerización del gobierno de Rajoy en Catalunya es una realidad
que pretende aniquilar todo vestigio independentista. Y se demuestra que Rajoy
ha desempolvado la táctica represiva que durante años puso en marcha la derecha
política y judicial en Euskadi.
Si
tras las elecciones del 21D el bloque independentista vuelve a ser hegemónico,
el bucle nos volverá a atrapar. Y quienes confíen en la mirada o el rescate
judicial de Europa ante el bloqueo español, ignoran que se la juegan con una
Europa neofascista, derechizada, ultra liberal y antinacionalista.
Y queda la ciudadanía. Sumida en el
desconcierto, agotada y desnortada frente a una situación desconocida
para esa nueva ciudadanía que no han
vivido ni 23Fs ni posfranquismos de candado sin echar. Una ciudadanía obligada
por la fuerza de los hechos a reconstruirse a cada instante, a entender cada
movimiento sin tiempo para procesar consecuencias. Un tiempo vertiginoso
desacompasado ante el enorme peso de la
historia que se quiere escribir.
Euskadi ha vivido estos tiempos. Ha
tenido a sus líderes, algunos, en prisión por defender ideas políticas. ETA
justificaba entonces todos los
movimientos de un poder encaramado en la venganza constante. El resultado del
proceso final, a mi juicio, es una desafección enorme por y para reconstruir la política. Un descreimiento
brutal que bloquea todo movimiento utópico y de resistencia. Así las cosas,
procuremos no repetir procesos sin salida. O con salida en falso. Esos que anulan toda vocación utópica y revolucionaria. ¿O esto suena muy raro?
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