Esparza, el apocalíptico de UPN se ha venido arriba. Y aprovechando que
estos días la vida se retuerce por todos los costados, se ha apuntado al patriotismo
litúrgico desoyendo a su psicóloga, quien le dice: después de medianoche medita
como si ya no formaras parte de la vida. Pero ni caso. Y es que Esparza anda de
peregrinación por los principales circuitos del españolismo más campeador: Intereconomía,
Nueva Economía Fórum y hoy mismo, en la Fundación de Mayor Oreja, quien ha
dicho que “el proyecto de ETA de ruptura de España está vivo en Cataluña”.
Ahí estará hoy junto a Ana Beltrán, del PP; pontificando sobre qué pasa en
Navarra y cómo frenar la deriva independentista que se avecina en Navarra.
Dicen. Y es que Esparza se presenta como el agrimensor de la sensatez, el
profiláctico regionalista frente al independentismo vasco. Ya lo dijo el
viernes en Madrid al calor del constitucionalismo más degenerado, “Navarra es
la perla del nacionalismo, lo que le falta al nacionalismo vasco para declarar
abiertamente la independencia”. Oída esta majadería pareciera que Esparza se hubiera
metido un tripi. Así se explicó: “esto puede parecer exagerado, pero lo justifica
la macabra historia de ETA”. Y se quedó tan ancho. Mezclando churras con
merinas. El caso era ofrecer carnaza en estos tiempos en que todas las aguas
tienen el color de los ahogados. No obstante, hay quien piensa que este dislate
político cargado de cianuro era un mensaje para Rajoy. Para que fuera tomando
nota del próximo Frente Norte. Y contara con él. Como el buen cruzado navarro.
Y si
Rajoy fracasa en Catalunya, como parece más que probable, el Frente Norte puede
activarse. Es ahí donde la derecha navarra se empleará a fondo. Porque se cree
redentora de unidades patrias y demás. Desde el requeté a nuestros días. Y no,
no es desvariar. Para eso ya está Esparza, político de mercado chuteando adrenalina
foral. Artículo publicado en Noticias de Navarra el día 25 de septiembre de 2017.
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