Leí que este era un libro excepcional. Que no se había escrito nada igual . Y alabanzas por el estilo. Pamplinas, me dije. Pero el título..., ese título escondía algo. Y, sin querer, me llevó a mi madre. A esos momentos de la infancia en los que pensaste eso, que tu madre era diferente a otras madres. Hasta convertirla en santa. Después te amortiguas y sientes definitivamente que era y es como otras madres. Al menos como esa madre que a mi me ha gustado tener. Pero la autora se empeña en vendernos una madre que no es como otras madres. Y ahí empieza la seducción. Una seducción que juega con la cartografía de unas emociones materno-filiales en un contexto histórico de alto voltaje. Y este contexto, esa geografía emocional es lo que te envuelve en un chute de incesante lectura.
Esta mujer nos vende una madre que no se ajusta a los cánones y nos habla de su ajuste personal en un mundo que iba a conocer la mayor maldad humana jamás conocida. Y entre ese ajuste personal y ese desajuste histórico, se mueve esta biografía colectiva anclada en una Alemania prenazi y sus posteriores delirios.
Y así ccomienza una descabellada cabalgada por una biografía familiar sin desperdicio. Y esa seducción no culmina hasta la pagina 587. En esta biografía de Angelika Schrobsdorff entiendes, si no lo has hecho a través de otras referencias históricas, que no literarias- o pocas- cómo a muchos judíos alemanes que vivían plácidamente las vísperas del nazismo, les pilló el terror creyendo que aquello no iría con ellos y ellas. Y esta biografía asume esa ignorancia, esa arrogancia, esa inocencia engreida. Como ciudadanos alemanes y como etnia diferenciada. Porque muchos y muchas se creyeron antes alemanes que judíos. Si encima, como le ocurre a la autora, te toca una familia judía, rica, acomodada en los lujos y placeres, y una madre de rompe y rasga con la vida, la cuestión se pone cuesta arriba para lograr comprender los nudos que atan y desatan la historia. Más aún, para comprender por qué a ti, precisamente a ti, que parecías blindada ante el destino, te va a tocar vivir el horror y el destroce de tu familia, esa que se construyó a golpe de apuestas vitales que desafiaron la ética, la moral, la convención, la religión y los buenos modales. Y con esos desafíos tu madre se comió el mundo. Un mundo que luego la desplazó por las aristas cortantes del terror.
Un texto que ayuda más, mucho más que muchos ensayos sobre la sociología del nazismo.Y sí, este es un texto excepcional.
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