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Mostrando entradas de julio, 2016

Sanfermines en Uganda

No sé quien está detrás o delante de estos niños y niñas. Quienes son sus padres y madres. O quienes fueron. No sé quienes son esos cooperantes que comparten con estos niños un tiempo de otro mundo, el mundo de la amable , inocente y generosa sonrisa infantil. Pero también de su pobreza extensa como las llanuras de su alma. No sé. Y quizás debería de saberlo. Para reconocerlos como se merecen. Porque soy de Pamplona. Porque he vivido ese encierro que emulan con la velocidad de un tiro en la nuca que quizás hayan presenciado. Con esa cara de niño asustado. Y veo este vídeo y me rindo ante la desafiante fuerza de estas imágenes. Y me entran ganas de echar a correr. Y coger el primer avión,  o lo que sea,  para tirar  mañana ese nuevo txupinazo ugandés. Para volver a ver, una y otra vez este vídeo de inmensa belleza. No por lo que cuenta, por lo que se ve, sino por lo que no hemos visto. Porque detrás de esas miradas, de cada gesto, de cada carrera infantil, hay una biografía liberada.

¿Por qué seguimos amando a nuestros verdugos?

Más allá de los posibles pactos, de los tiempos que lleven, de quien los lidere, de las carambolas, de las abstenciones, de los acuerdos, de las traiciones y contradicciones, de las renuncias, de las imposibles pero necesarias dimisiones, de los sorpassos y las sorpresas, de los asaltos a los cielos o las bajadas a los avernos. Más allá incluso de unas nuevas elecciones; lo grave, incluso por encima de las urnas y los votos que lo validan es, que mucha gente de bien y de mal, gente que vive o malvive en este reino de España corrompido hasta médula, siga creyendo de manera bastarda en un partido que huele a cloaca, que apesta a matarratas de saldo. Que siga jaleando y dando oxígeno a un hombre gris marengo que ha convertido la democracia en un chiste sin gracia. Lo preocupante es que millones de votos hayan apoyado y validado a corruptos, mentirosos, traidores, falsarios, tramposos, bribones y fulleros. Además de fascistas graduados de reconocido prestigio antidemocrático que nun

Ara Malikian, el mago de las cuerdas flotantes

Este hombre, con aspecto de jesucristo cacereño, pareciera tocado por una gracia especial. Una magia que emerge  de una sensibilidad desbordada. Un hombre que transmite  pasión y arte en cada movimiento de su cuerpo pegado a un violín sobre su hombro izquierdo, como una chepa de una enorme belleza. Un cazador de instantes transformados  en sonidos. Ara Malikian es un inmenso artista sobre el escenario, un monoliguista, un cuentista, un relator, un cómico que juega con las conversaciones, inventadas o no, un narrador que consigue que su música infinita te llegue y te lleve a esos espacios donde solo el arte puede llevarte, a los recónditos escenarios de la belleza. Y que quieras quedarte allí para siempre. Hasta que cielo se despierte como un relámpago de luz. En Pamplona, el pasado 1 de julio, Ara Malikian ofreció lo mejor de si mismo en compañía de una banda descomunal, uno de los repertorios más trabajados a los que este violinista sin tejado nos tiene acostumbrados. Un concierto