Ir al contenido principal

Pérdida


Tengo edad para recordar épocas mejores. Pero no tanta como  para reconocerme defendiendo aquello de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Porque no es verdad. Pero sí tengo conciencia de haber perdido algo. Algo quizá definitivo. Y esa perdida tiene que ver con la manera de encarar la vida, de entendernos, de pensar, de soñar, de vivir, planificar, trabajar, compartir, disfrutar, escribir, amar  y esperar. Algo definitivo que marcó una idea de destino y de futuro. Pero también una manera de vivir el presente social, personal y colectivo como pueblo, como ciudad  o como grupo de amigos. Algo que tiene que ver con la realidad y con lo que nos toca vivir  cada día. Creo que no solo hemos perdido calidad de vida, pese a los estúpidos análisis de Del Burgo cuando relaciona esto con la cantidad de móviles que disponemos. Hemos perdido mucho más. La ilusión y la confianza  en cambiar  este asqueroso mundo. Y de eso, le  echo la culpa a estos largos años de gobiernos de  derechas. Así de claro. Porque nadie como ella ofrece un proyecto de vida tan anodino, tan plano, necio, injusto  y  alienante. Su programa  social aspira a que nada cambie para que todo siga igual.  Igual de  bien para algunos pocos  e igual de  mal para muchos más de los que ellos suponen. Porque la derecha nos lleva hacia un infierno moderno, sin compañías diabólicas, un averno que no está ubicado al final del tiempo, sino en el día a día. 

Miro hacia atrás,  y en  las imágenes de ese pasado perdido, en aquel pretérito construido después de años de lucha,  no hay escenas de guerras injustas, ni gritos a favor de la pena de muerte, ni miserables muertes de inmigrantes, ni ilegalizaciones políticas, ni prohibiciones, ni cierres de periódicos, ni especulaciones tan descaradamente justificadas, ni privatizaciones porque sí, ni excomuniones para los díscolos, ni pensamiento único, ni asquerosos programas basura, ni manipulaciones televisivas, ni  ineptitudes bien pagadas, ni políticos indocumentados, ni tanta chulería, engreimiento y villanía.  

Creo que la derecha ha convertido la política y la vida misma en un espectáculo de todo a cien. Porque nunca callar, mentir o hablar estuvo tan barato. En medio de esta mierda, se convocan elecciones y entre las ofertas de ese mercado contaminado, solo alguna me ofrece confianza. Así que,  busque, compare y si encuentra algo mejor que este dramático presente, vote. Porque todo el esfuerzo de años atrás, no puede acabar  en una renuncia alegando que no merece la pena intentarlo de nuevo.

Posdata: este artículo se publicó en marzo de 2004, en Diario de Noticias. Han pasado doce años. Volvemos a estar en vísperas de  elecciones, la vida es un puro espectáculo engrandecido, nunca mentir costó menos, Del Burgo resopla de vez en cuando pero ha sido sustituido por vástagos amaestrados que dicen lo mismo. Y sigo teniendo conciencia de seguir perdiendo. Me pregunto si eso es una tara. Creo que no. Al menos no tanto como para preocupar. Ahora estoy leyendo a Rodrigo Fresán y su "La parte inventada" y creo que la historia no se repite pero fabrica constantes. 


Comentarios

Entradas populares de este blog

Miquel Marti i Pol

Hace 15 años escribí este artículo en Noticias de Navarra. Hoy hace 15 años de la muerte de este inmenso poeta catalán.  Mientras algunos políticos analfabetos se enriquecen por el morro, mueren los poetas. A uno el cuerpo le pide mandarle a ese tal Galipienzo uno de los poemas de Miquel Martí i Pol, el poeta-obrero catalán muerto el martes pasado. Pero hay algunos hombres tan necios que si una sola idea surgiese de su cerebro, ésta se suicidaría abatida por   su dramática   soledad. Por eso prefiero seguir leyendo a este inmenso poeta que se ha ido en busca de un mundo donde reconstruir sus utopías. Miquel Martí i Pol fue una de las voces emblemáticas de la poesía catalana y un referente imprescindible de la identidad catalana.   Un escritor de enorme carga emocional, un hombre que construía versos con los que se jugaba la vida en cada instante. Un obrero de toda la vida que empezó a trabajar a los catorce años en una fábrica de Rod...

Minuto

No podré votar por Yala Nafarroa con Palestina para que lance el txupinazo y el cielo se avergüence. Así que dejaré aquí mi voto. Creo que el resto de propuestas tienen tiempo de lanzarlo. El año que viene, si viene, o el que sea. Sin embargo Gaza no puede esperar. Aun con nueva tregua trampa. Que Yala lance el txupinazo será un acto simbólico de gran impacto internacional. Y será, como no podría ser de otra manera ,un acto político. Claro, como tantos gestos diarios revestidos de inocencia viciada. Porque no se puede pasar de puntillas, ni ser equidistante, ante esta masacre gazatí. Porque hasta el silencio miedoso y colaboracionista que inunda el mundo, también es político. ¿Te suena de algo Melody? Pero además, Yala no es una candidatura personal, cuestión que deberíamos revisar en favor de lanzaderas colectivas si reclamamos fiestas fusionadas e inclusivas. Yala, agrupa a 225 colectivos sociales y ONGs frente al genocidio y ocupación palestina. Y llevan años. Pero Yala ...

El viejo pino

El viejo pino no aguantó la embestida de un viento sin piedad, un viento enloquecido, como una llamada de teléfono de desamor. Dicen que cayó a cámara lenta, como queriendo agarrarse al último suspiro de sus resecas raíces. El viejo pino tenía más de cien veranos y había sido testigo de noches de amor y de todas las lunas, de tormentas, granizos, vientos cierzos y “castellanos” y también de alguna guerra aún sin cicatrizar. Fue refugio de cientos de nidos y testigo mudo de miles de vuelos que los cernícalos convertían en piruetas de amor y de muerte. Cada año, llegado septiembre, cuando la luz desciende sobre los pimientos recién asados, el pino crecía varios milímetros. Lo hacía, dicen, para oír mejor el repique de campanas que anunciaban una procesión desde tiempo inmemorial. Y también dicen, quien lo ha visto crecer, que en algunas noches recargadas de estrellas, se podía oía su respiración que sonaba como un gemido. Entonces, algunas gentes se arrimaban a su tronco para encontrars...