Ir al contenido principal

Maravillas del 36



Maravillas Lamberto Yoldi tiene 94 años y aún conserva en su retina el brillo negro de una tarde de agosto del 36. Esa tarde, los fascistas de su pueblo, Larraga, jaleados por el vino peleón y el calentón bastardo de su hombría fascista,  la violaron en el mismo ayuntamiento. Después, para no dejar rastro, la asesinaron. No contentos con la carnicería, dejaron su cuerpo mancillado y roto a merced de los perros que aullaban por Yerri.
Ya muerta, Maravillas recuerda todavía esa tarde tórrida y feroz. Y se preguntaba el otro día en los pasillos del Parlamento, donde se exhibe la exposición “Navarra 1936”, por qué alguien no ajeno a su  tierra  se avergonzaba de aquellos lienzos sangrientos. De unos lienzos que retrataban, no solo la verdad, sino algo más horroroso, la perversión de la verdad. Alguien que la reconoció, le preguntó qué hacía allí: “buscando el relato de mi muerte”, eso dijo.
Dicen que esto llegó a oídos de Javier Esparza, presidente de UPN y que estos días anda lenguaraz y bucanero a cuenta de ese montaje ficcionado de una realidad que muerde un tiempo corrompido y silenciado. Y que Esparza se sobresaltó cuando se dio de bruces con Maravillas quien le dijo: “Javier, tu mismo has dicho que la democracia no se combate, se promueve;   pues bien, todavía estoy esperando desde el otro lado del tiempo que tus palabras se conjuguen con  mis huesos”. Acto seguido, Maravillas murió más tranquila.
 UPN PP no soportan ciertas ficciones. Sin embargo, comulgan a diario  con realidades  sangrantes sin que la cara se les tuerza de vergüenza. Con la memoria les pasa algo parecido. Que la usan solo hasta anteayer. Más allá, volatizan los nombres,  el tiempo, el pensamiento y hasta su propio escepticismo. Suele pasar con los crímenes del olvido. Como estos, que saciaron a las hienas que llevaban dentro.
.  
 





Comentarios

Entradas populares de este blog

El circo de Lodosa

Hay muertos que no buscan a sus asesinos. Ni siquiera se buscan a sí mismos. Solo quieren saber si queda alguien que les eche en falta. Porque hay muertos que no son de nadie. Son los más amargos. Porque siguen sin morir del todo. Ocurrió en Lodosa. En La Plazuela. Eran la seis de la tarde del 18 de julio de 1936. La plaza olía a circo. Pero también a sangre y a moscas. Algunos ya sabían que el futuro se acababa allí. A esa hora. Otros prefirieron buscar dónde matar el calor de una tarde sangrienta. Y allí estaba el circo para sonreírle a un verano bastardo: el Circo Anastasini. Un circo procedente de Ceuta regentado por un italiano, Aristide Anastasini. En el circo había un elefante viejo y caballos y payasos,   y una niña amazona llamada Joana que cabalgaba un corcel blanco que giraba alrededor de un destino negro. Y había moros y negros y malabaristas de Madrid y payasos italianos y magos y funambulistas franceses del protectorado español de Marruecos. Cincuenta enamorados de

Mario Gaviria, de trago largo y coito corto

Mario en 1998 un café de Madrid, con 60 años. Foto: Miguel Gener Quizás, para mucha gente, Mario Gaviria, fue un desconocido. Ese ribero de Cortes, sociólogo para mas señas y arquero del primer ecologismo navarro, falleció el pasado sábado a punto de llegar a los 80. Él cumplió con aquello de no ser profeta en su tierra. Quizás no supo tomar las precauciones necesarias para ser un mal comprendido. Y es que mientras el viejo régimen de UPN gobernó esta Comunidad, este alumno de Henry Lefevre, antiguo consultor de las Naciones Unidas en África, autor de 40 libros y Premio Nacional de Medio Ambiente en 2005, fue sistemáticamente invisibilizado. Quizás por eso miró a Zaragoza, donde trabajó intensamente en proyectos urbanísticos y medioambientales como la traída del agua del Pirineo para abastecer la ciudad o el diseño del barrio de viviendas sociales y ecológicas del Parque Goya. Mientras tanto,   aquí se le negaba el reconocimiento que él nunca buscó. Hasta que en 2006, el Colegio d

Ego, las trampas del juego capitalista

"Es hora de pensar en una vía de salida, de nuevos modelos altruistas y de colaboración que no conviertan cada uno de los aspectos de nuestra vida en una ecuación matemática". Porque la codicia y el juego son estímulos suficientes para el juego d ella vida.  Conjuguen esta lectura con la serie, Juego de Tronos y verán como lo que nos mueve, en una u otra dirección es el miedo. Como dice Jesús Aller " Nadie entiende lo que ocurre y los políticos que están a cargo del asunto se refugian en clichés:  “No hay alternativa” ,  “Si fracasa el euro, fracasa Europa” . La realidad es que han perdido el control, porque lo que se despliega son simplemente las estrategias de una guerra no declarada entre los estados y las entidades globalizadas del mercado financiero, que actúan simbióticamente con el gobierno de Estados Unidos. La última crisis no fue en este sentido una situación excepcional, sino una batalla más del conflicto.   Los políticos aceptan que en este enfrentamient