Boyero, ese crítico de cine que parece un sociólogo
de la degradación, apunta al corazón del mal en este brutal artículo. La
aporofobia, o el odio a los pobres, convertida en espectáculo por una banda de
bastardos, borrachos hasta las trancas. Y todo bajo la también bastarda mirada
de gentes como usted y como yo. Y también de la policía que miró para otro
lado. Indiferentes. Gentes todas que han aprendido a escamotear el sufrimiento
con la diplomacia de una sonrisa envenenada.
http://cultura.elpais.com/cultura/2016/03/18/television/1458327624_996937.html
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