Hoy es el día Internacional del Holocausto. Quizás entre tanta basura mediática, pase desapercibido. Pero si alguien, además de las víctimas, por supuesto, debiera haber tenido un reconocimiento que nunca tuvo, ese es Jan Karski. De él se ha hablado aquí. Su figura y su pasión por la libertad en medio del Holocausto, han servido a dos jóvenes dibujantes italianos para realizar unos de los mejores trabajos que recuerdo haber visto en los últimos tiempos. Un comic que te pone los pelos como escarpias. Que te lleva directamente al fondo de pantalla de una película que clama venganza y que espera su ejecución. No solo es la figura de este polaco que se jugó la vida no una, sino varias veces para anunciar al mundo la terrible carnicería en que se convirtió Polonia tras la invasión alemana en 1939, sino la brecha brutal que se clavó en la historia de la humanidad. Lo que significó el Holocausto. Su hedor histórico insoportable. De él se dice en la contraportada de este maravilloso trabajo: " Escapó de un gulag y del gueto de Varsovia. Sufrió las torturas de las SS y huyó de los bombarderos. Llevaba consigo un secreto que podía haber removido los cimientos del mundo, pero una vez junto a los poderosos, su voz se perdió en la incredulidad y la indiferencia aplastado por la dura ley de la guerra. Estas son las palabras del partisano polaco que en 1943 denunció a Churchill y a Rossevelt los horrores de la Shoah (el gran final de los judíos) , esta es la increíble historia de Jan Karski"
Un comic que reclama reconocimiento por su doble condición, descarnado libro de historia e infinita delicadeza narrativa. Si además, los dibujos rozan la perfección poética, uno tiene la sensación de que un relámpago inesperado ha cruzado la oscuridad.
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