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Desmemoria o desafío

Plaza Mayor Salamanca, 8 de abril. Todavía ¡¡¡¡¡Franco  Presente¡¡¡¡

A un lado de la plaza se esconde una figura sanguinaria, ese detalle afea su majestuosidad churrigueresca. Pero más que afearla, la declara abiertamente anticonstitucional. Franco sigue presente entre los medallones e imágenes de varios personajes y reyes de España, no menos sanguinarios por cierto, que el fascista de voz gangosa.
El pasado día 9 de abril, vi personalmente como el alcalde de Salamanca mostraba al ministro de Justicia, Rafael Catalá,  la plaza de bella factura pero con la honra por los suelos. Posiblemente le cantaba las excelsas glorias de la ciudad,  pero no vi que dirigiera la mirada hacia su izquierda (estaban en el balcón del ayuntamiento) hacía donde se encuentra el medallón fascista.
En febrero de 2015, el abogado Eduardo Ranz denunció al ayuntamiento de Salamanca, entre otras ciudades, por mantener símbolos fascistas en sus calles. Esto puede ser penado, según dicho abogado, con hasta dos años de inhabilitación por un delito de desobediencia en relación a la Ley de la Memoria Histórica. 
Quizá el ministro vio el medallón fascista. Pero no se inmutó dada su habilidad para sortear las vergüenzas más impresentables del PP. Se imaginan ustedes que en Berlín, o en cualquier ciudad alemana, todavía se mantuvieran cruces gamadas o retratos de Hitler. 
Esa es la diferencia entre una fascismocracia y una democracia a secas.


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