Hay personajes que se consideran
intachables. Que van por la vida perdonándosela a los demás. Que viven
instalados en la verdad infinita, entre la justicia inescrutable de las
divinidades a las que rinden pleitesía. Sólo les falta estar sentados a la
derecha de padre para perpetuarse, por los siglos de los siglos, en la
eternidad de los justos de palabra, obra y omisión. Hay gente que nunca se ha
cuestionado su verdad porque ellos son la verdad. Personajes camaleónicos a los
que su biografía no les ha impedido
adaptarse a unos tiempos globales, banales, ingrávidos, virtuales,
amnésicos y apáticos. Gente que, de
flojear esta democracia informal, no dudarían en cantar el cara el sol con la
camisa vieja. Ellos se mueven a la perfección por un presente sin memoria. Un
tiempo a su servicio que les protege de la adversidad política porque, mientras
ganen las elecciones les da igual lo que pase. Porque tienen la legitimidad
para hacer de su capa un sayo. El Sr. Del Burgo es uno de ellos. Este hombre, acostumbrado
a no perder nunca, despliega una arrogancia que sólo los necios o presuntuosos
son capaces de exhibir ante los vencidos. Viene esto a cuento de unas
declaraciones que realizó sobre la candidatura Nafarroa Bai, a la que acusó de frentista, disgregadora de
la sacrosanta identidad navarra e ilusa. Textualmente dijo que, “soñar es
gratis”, haciendo una clara alusión a las, según él, escasas posibilidades
electorales de la coalición. Vale chaval. Eso me recuerda a los líderes
cesáreos, que lejos de hacer caso de la sabiduría convencional de las gentes,
sólo están de acuerdo consigo mismos. Este hombre, que se cree habitar en otra
dimensión interestelar, la de los estadistas pragmáticos y que acaudilla el
movimiento redentorista del virreinato navarro en la cruzada
nacionalconstitucionalista, no puede ir
de demócrata extasiado sin sonrojarse al
escupir lo de frentistas, rompepatrias e ilusos soñadores. Y menos él, que de eso
sabe un rato. Él, que ha hecho del nacionalismo la reencarnación del Lute. Tal
vez, algunos personajes deberían mirar hacia atrás y redimir su presente ante los versos de Neruda en Veinte poemas
de amor y una canción desesperada, cuando el poeta le dice a la amada: “Me
gustas cuando callas porque estás como ausente”. Pues eso.
Este artículo se publicó en enero de 2004, en Diario de Noticias de Navarra. Donde pone Del Burgo, pongan Barcina o Esparza o Catalán. Y donde pone Nafarroa Bai, pongan Podemos. Su discurso sigue siendo el mismo, solo que ahora lo de "soñar es gratis" se ha vuelto realidad. O una posibilidad. Pero esta gente seguirá con sus miedos, sus arterias alteradas y sus egos inflados de institucionalidad al servicio del propio interés de partido para perpetuarse en una tierra llamada a decir basta. A ver cuándo. .
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