Ir al contenido principal

La gula de los pobres



Kant, el filósofo de la ética formal, llamó a Barcina para decirle: “no se puede usar una ética de doble fondo y alardear de una honradez bajo mínimos”. La semana pasada, ella y su consejero Alli, imitaron al alcalde de Vitoria, aplaudido corneta de la criminalización de los pobres e inmigrantes. Refiriéndose a la reforma de la Renta de Inclusión Social, esa sopa de pobres que contiene el estallido social, la Presidenta dijo “no estamos hablando de una renta para personas con dificultades, sino de tener un sueldo de por vida sin trabajar”. Presidenta, qué opina sobre los sueldos vitalicios de algunos colegas de profesión, expresidentes de autonomías, de gobierno y ex altos cargos políticos. No tienen dificultades. Cobran de por vida. Sin trabajar. Sin merecer. Sin esfuerzo. Sin control. Y nos cuestan millones al año. Nietzsche habló de “la lucidez de nuestro cinismo”. ¿No se le mueve ese músculo que soporta la conciencia?
También el consejero Alli nos dejó algunas perlas envenenadas. Dijo que la Renta de Inclusión que propone la oposición, “desincentiva la búsqueda de empleo” y “quita las ganas de salir de la pobreza”, que es un “modelo asistencialista que no empoderaba a las personas”. Me pregunto, joder, qué poder puede tener alguien con 548 euros al mes para quedarse varado en la pobreza. Y me pregunto, joder, cómo se encara con mi cuñado, que lleva parado tres años, y le dice que se haga fuerte cuando el mercado laboral lo ha desempoderado de por vida. ¿Acaso el gobierno de Navarra, que lleva destruidos 1.500 empleos públicos, incentiva el empleo? Consejero, aquí hay rentistas, sí, pero del heroísmo diario y sin ingresos constantes. Casi 48.000 personas en Navarra que dibujan la raya del cielo a brochazos de desamparo. Así que controle sus ideas, son pura ficción de saldo adulteradas.

Comentarios

Entradas populares de este blog

El circo de Lodosa

Hay muertos que no buscan a sus asesinos. Ni siquiera se buscan a sí mismos. Solo quieren saber si queda alguien que les eche en falta. Porque hay muertos que no son de nadie. Son los más amargos. Porque siguen sin morir del todo. Ocurrió en Lodosa. En La Plazuela. Eran la seis de la tarde del 18 de julio de 1936. La plaza olía a circo. Pero también a sangre y a moscas. Algunos ya sabían que el futuro se acababa allí. A esa hora. Otros prefirieron buscar dónde matar el calor de una tarde sangrienta. Y allí estaba el circo para sonreírle a un verano bastardo: el Circo Anastasini. Un circo procedente de Ceuta regentado por un italiano, Aristide Anastasini. En el circo había un elefante viejo y caballos y payasos,   y una niña amazona llamada Joana que cabalgaba un corcel blanco que giraba alrededor de un destino negro. Y había moros y negros y malabaristas de Madrid y payasos italianos y magos y funambulistas franceses del protectorado español de Marruecos. Cincuenta enamorados de

Mario Gaviria, de trago largo y coito corto

Mario en 1998 un café de Madrid, con 60 años. Foto: Miguel Gener Quizás, para mucha gente, Mario Gaviria, fue un desconocido. Ese ribero de Cortes, sociólogo para mas señas y arquero del primer ecologismo navarro, falleció el pasado sábado a punto de llegar a los 80. Él cumplió con aquello de no ser profeta en su tierra. Quizás no supo tomar las precauciones necesarias para ser un mal comprendido. Y es que mientras el viejo régimen de UPN gobernó esta Comunidad, este alumno de Henry Lefevre, antiguo consultor de las Naciones Unidas en África, autor de 40 libros y Premio Nacional de Medio Ambiente en 2005, fue sistemáticamente invisibilizado. Quizás por eso miró a Zaragoza, donde trabajó intensamente en proyectos urbanísticos y medioambientales como la traída del agua del Pirineo para abastecer la ciudad o el diseño del barrio de viviendas sociales y ecológicas del Parque Goya. Mientras tanto,   aquí se le negaba el reconocimiento que él nunca buscó. Hasta que en 2006, el Colegio d

Miquel Marti i Pol

Hace 15 años escribí este artículo en Noticias de Navarra. Hoy hace 15 años de la muerte de este inmenso poeta catalán.  Mientras algunos políticos analfabetos se enriquecen por el morro, mueren los poetas. A uno el cuerpo le pide mandarle a ese tal Galipienzo uno de los poemas de Miquel Martí i Pol, el poeta-obrero catalán muerto el martes pasado. Pero hay algunos hombres tan necios que si una sola idea surgiese de su cerebro, ésta se suicidaría abatida por   su dramática   soledad. Por eso prefiero seguir leyendo a este inmenso poeta que se ha ido en busca de un mundo donde reconstruir sus utopías. Miquel Martí i Pol fue una de las voces emblemáticas de la poesía catalana y un referente imprescindible de la identidad catalana.   Un escritor de enorme carga emocional, un hombre que construía versos con los que se jugaba la vida en cada instante. Un obrero de toda la vida que empezó a trabajar a los catorce años en una fábrica de Roda de Ter pero que t