En cierta ocasión le pregunté a la presidenta por el oráculo al que se encomendaban en UPN en épocas de tempestad. Aparte de Sta María la Real y San Francisco Javier, no tenemos un Arriola que nos ilumine. Vamos a puro huevo, me dijo. No le creí. Porque la revuelta palaciega en UPN se ha saldado con dos víctimas de postín, un candidato de pega y la propia reencarnación de la presidenta. Ni diseñao por Laspalas. Así que me entran dudas. Como las que servidor tiene respecto al nuevo socialismo chivitista refundado. Dudo de su renovada independencia siempre secuestrada. Quién me asegura, que en nombre de la salvación foral frente a los nuevos asaltacielos que se anuncian, el socialismo no se avenga a nuevas lealtades con UPN en nombre de la cansina gobernabilidad. Dudo también de la izquierda. No por insolencia o vehemencia. Sino porque a veces creo que su lucha y estrategia es a fondo perdido. Dudo de Podemos. Si su plantilla electoral tendrá solidez, reconocimiento y empaque para liderar las expectativas depositadas en ellos. Y dudo de la gestión racional de un posible triunfo de la izquierda tras veintitrés años de gobiernos de derecha. Dudo de las habilidades y responsabilidades de Bildu, I-E, Geroa Bai y Podemos incluido, para elegir un líder de consenso en el caso de conseguir una mayoría de gobierno. No se si primarán sus egos, sus pasados o sus hipotecas por encima de la realidad. Ya ven que dudo de todo. Pero no me negarán que esta tierra es especial. Ya lo dijo Sanz en el Instituto Cervantes de Londres en 2004 citando a Shakespeare en Trabajos de Amor Perdidos: “Navarre shall be the wonder of the world” (Navarra será el asombro del mundo). Espero que no.
El blog de Paco Roda
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