Veo a esos aventureros de rebajas, arrasando las tierras
del África más jodida, subidos en una
moto que brama en el desierto, y se me mueven las vísceras. No se a qué están
esperando algunas organizaciones para meterle mano a ese impresentable rally que lleva años escupiendo arena ardiente sobre la
memoria ultrajada de un continente. Cada vez
que las televisiones de ciento
sesenta y cinco países muestran esas imágenes de coches llenando de polvo las
aldeas empobrecidas por las que atraviesa el París-Dakar, siento un escalofrío
de indignación.
Esa carrera de pijos insensibles
recorre ocho mil kilómetros por tierras de miseria y hambruna, tantos como los que tenía la travesía forzada que un día
emprendieron los esclavos que partían de
Dakar rumbo a América para ser explotados y aniquilados por la colonización
blanca. Hoy, Europa se blinda ante la inmigración de los “sinpapeles” y “muertosdehambre” africanos pero se permite
el lujo de organizar un rally que mueve veinte mil millones de pesetas de las antes sin pedir
permiso para ocupar la belleza de sus tierras. No me digan que no hay nadie que
sea capaz de poner límite a tanto cinismo. ¿ O es que la burla hacia ese continente lo ha rebajado todo
al rango de pretexto?
Al margen de la infamia del
asunto, ¿Saben ustedes que se puede hacer con esos millones en África?. Pues nada más y nada menos que: abastecer de
agua potable a tres millones de personas, construir treinta y cinco hospitales
para eliminar el cólera, la malaria, la paratifoidea, las disenterías y amortiguar los terribles efectos del sida,
dar de comer diariamente a ciento cincuenta mil
personas durante un año, vacunar a cincuenta mil niños y niñas contra la
polio y construir cinco escuelas infantiles. Así de claro. Pero esto es pura
utopía, añoranza paleomarxista y ganas de joder la manta a los amantes de ese
arriesgado deporte. Pues bien, así es; pero me acuerdo de los doscientos
millones de esclavos negros que murieron a lo largo de la travesía comercial
humana más sangrante de la historia y creo que el Dakar sigue formando parte de
la ceremonia de ese exterminio.
Posdata: Columna escrita en diciembre de 2003 y publicada en Diario de Noticias de Navarra. Dentro de cinco días, el 4 de enero de 2015, comenzará una nueva edición de este rally que en 2008, debido a las amenazas terroristas, cambió las sabanas africanas por las estepas de la Sudamérica mestiza y pobre. Volvería a escribir la misma columna y donde puse Africa pondría la América deprimida y exprimida por las multinacionales que patrocinan este evento que solo satisface los instintos más voraces y menos solidarios del planeta.
Comentarios
Publicar un comentario