Lean este libro. Sobre todo, aquellos que amen la literatura. Quienes a diario se vean obligados a sobrevivir y respirar el oxígeno incandescente que expiran las páginas por donde circulan pasiones, traiciones, visiones o mundos construidos para evitar la rutina. No es un libro fácil. No. Está escrito para espíritus fuertes. Para aquellos sonámbulos que contienen el peso negro de la noche gracias a frases, escenas y fogonazos de lucidez que destrozan de un plumazo la tediosa realidad. Para aquellos que han leído lo suficiente como para encontrar aquí pasadizos interpretativos de sus obras y autores de referencia. Para aquellos lectores que aspiran a ser mejores lectores. Porque todo lector y lectora que se precie debe leerlo.
Patricio Pron asusta con este trabajo. Uno llega a preguntarse de dónde ha sacado tiempo para tanta erudición. Si ya la tenía acumulada o la ha buscado en los océanos de la desesperación. me pregunto cómo se procesa todo ello para ofrecernos una obra tan monumental. Una obra en la que las citas, por cierto, son tan valiosas o más que el propio texto.
El libro tachado es un atrevimiento. Otros lo han intentado y creo que con peor fortuna. Abordar las aristas más cortantes de la literatura, es decir, su función y la autoría, son palabras mayores. Hacerlo en estos tiempos bastardos - y pretender hacerlo bien- es más que arriesgado. Por que Patricio Pron comienza su texto entrando en un análisis riguroso de la literatura, de su función, la autoría, el nombre y los procedimientos. Y lo hace desde una perspectiva, a mi parecer, que nunca lo había hecho nadie. O yo no lo había leído, lo que demuestra una vez más la inagotable tarea del lector. O, para finalizar, no me había afectado como este autor lo ha hecho. Analiza el tiempo presente. Y como no podía ser menos, agita literatura, su intencionalidad, el producto, el autor y sus procedimientos. Y viene a decirnos que la literatura no juega al margen de los acontecimientos de la vida, de la política, de la realidad social, de las estrategias de consumo, de la producción o de la gestión de la vida y sus derivados. Ni ella ni los autores, ni los productos ni los procedimientos. Pron hace de sociólogo de la literatura. Y también de psicólogo social de los procesos narrativos y metanarrativos. Por eso llega a decir que si la verdad en este mundo bastardo cotiza a la baja y la mentira se vende bien en el mercado, -tanto como la falsedad y el plagio- la literatura también es presa de esta traición.
El libro tachado aborda las principales claves de la literatura, los procesos de construcción y su intrahistoria pasada, presente y futura. Y en ese sentido es un texto novedoso y refrescante.
Pareciera que el autor se situara en un escenario interpretativo desde el cual manejara varias disciplinas y eso le sirve para ofrecernos un trabajo que deja abiertas muchas puertas por las que circular.
Los capítulos dedicados a libros censurados, perdidos, destruidos mutilados, así como los dedicados a los suicidas y colaboradores, a los escritores falsificadores, a los anónimos, desaparecidos o silenciados son, todos ellos de una gran profusión argumental que raya el diccionario.
Su arriesgada analítica de los males de la literatura del momento los expone con la dignidad de un militante avezado por múltiples lecturas. Porque Pron diagnostica la literatura y sus estrategias como pudiéramos hacer con las dinámicas sociales, culturales, políticas y económicas. Y precisamente relaciona economía y literatura para definir las claves por las que toda literatura del presente debe ser analizada. No se si Pron es marxista, pero su libro me ha parecido la manera más marxista de analizar la literatura. Al menos los capítulos a ello destinados. Un libro muy recomendable.
http://patriciopron.com/portfolio/el-libro-tachado/
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