Ir al contenido principal

El fraude de los pobres



Navarra ha sido pionera en Políticas Sociales. Pero ahora vive de las rentas del pasado y de la voluntad de muchos profesionales que contemplan el actual saqueo social.
La Renta Básica ha sido un programa estrella de esas políticas sociales. Pero las sucesivas higienizaciones legislativas la han convertido en una trampa donde la pobreza y la exclusión se convierten en un intercambio obsceno de relaciones entre quien la da y quien la recibe. Para percibirla el ciudadano debe demostrar su merecimiento y someterse a la disciplina de la nueva dominación biopolítica de la vida. El control se centra en sus vidas, sus capacidades de gestión, sus idas y venidas, sus amores, sus gustos, maneras de entender el trabajo, la vida, el amor, las relaciones, la familia. Todo es escaneado para percibir 548 euros al mes. En ese "sueldo" va incluido el carné de excluido, dominado y estigmatizado. Eso cuesta contener la pobreza y hacerla llevadera. Incluso alardear de su poco peso en Navarra. Y en este control perverso, los trabajadores/as sociales, tienen arte y parte. Y también el Consejero Alli, reconvertido en el nuevo cruzado social contra el fraude de los pobres. Dice que en 2013 se detectaron sesenta y ocho casos de corrupción entre los excluidos subsidiados. No me parecen muchos comparados con el otro fraude, el que él no nombra o le quita grasa. Alli, desde la equidistancia del populista amable, dice que con el dinero de los pobres no se juega. Y se lo dice a quienes la nueva economía ha saqueado sus vidas con el silencio bastardo de una justicia social en bancarrota. Alli les exige responsabilidad con el dinero público que otros han dilapidado sin piedad. Mejor revise su ética low cost.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Miquel Marti i Pol

Hace 15 años escribí este artículo en Noticias de Navarra. Hoy hace 15 años de la muerte de este inmenso poeta catalán.  Mientras algunos políticos analfabetos se enriquecen por el morro, mueren los poetas. A uno el cuerpo le pide mandarle a ese tal Galipienzo uno de los poemas de Miquel Martí i Pol, el poeta-obrero catalán muerto el martes pasado. Pero hay algunos hombres tan necios que si una sola idea surgiese de su cerebro, ésta se suicidaría abatida por   su dramática   soledad. Por eso prefiero seguir leyendo a este inmenso poeta que se ha ido en busca de un mundo donde reconstruir sus utopías. Miquel Martí i Pol fue una de las voces emblemáticas de la poesía catalana y un referente imprescindible de la identidad catalana.   Un escritor de enorme carga emocional, un hombre que construía versos con los que se jugaba la vida en cada instante. Un obrero de toda la vida que empezó a trabajar a los catorce años en una fábrica de Rod...

Vila-Matas no invita a la lógica

Vila-Matas es un tipo desconcertante. Pretende desaparecer, hacerse invisible, pero no lo consigue. y mira que ha insistido en ello. Pero lejos de ello, se hace más presente. Y  es que  esa desaparición pasa por la propia transformación de su mundo literario. Por el vaciado de su propia materia prima textual. VM ha iniciado, creo,   la última parte de su carrera de fondo  literaria con su ultima aportación. Y espero que tenga su recompensa. Para algunos críticos, VM es un escritor escorado a ninguna parte, excepto hacia su propio mundo interior, eso sí,  sin llegar a ser un pedante del lirismo estético individualista. Otros, alguno de mi provinciana ciudad sanferminera, le achacan de postmoderno colaboracionista de la fatuidad de la literatura sin compromiso. Nada más lejos después de leer su última novela. Si es que es novela. Tras la lectura de esta obra, me siento más vilamatiano que nunca. Por una razón muy simple. Este tipo me habla al oído, susurra c...

El circo de Lodosa

Hay muertos que no buscan a sus asesinos. Ni siquiera se buscan a sí mismos. Solo quieren saber si queda alguien que les eche en falta. Porque hay muertos que no son de nadie. Son los más amargos. Porque siguen sin morir del todo. Ocurrió en Lodosa. En La Plazuela. Eran la seis de la tarde del 18 de julio de 1936. La plaza olía a circo. Pero también a sangre y a moscas. Algunos ya sabían que el futuro se acababa allí. A esa hora. Otros prefirieron buscar dónde matar el calor de una tarde sangrienta. Y allí estaba el circo para sonreírle a un verano bastardo: el Circo Anastasini. Un circo procedente de Ceuta regentado por un italiano, Aristide Anastasini. En el circo había un elefante viejo y caballos y payasos,   y una niña amazona llamada Joana que cabalgaba un corcel blanco que giraba alrededor de un destino negro. Y había moros y negros y malabaristas de Madrid y payasos italianos y magos y funambulistas franceses del protectorado español de Marruecos. Cincuenta enamorado...