Foto: Francisco Vega |
Hace tiempo que el mundo ha entrado en bancarrota. Pero tan solo unas horas que nuestro hemisferio se ha chocado con la primavera.
El
tipo que hizo este perro mundo se cree un dios. Yo en su lugar me hubiera
avergonzado, pero él insiste en reclamar la exclusiva gloriosa de este invento
que hace aguas por los cuatro costados. No obstante pequeñas briznas de esperanza han surgido en
un universo donde los sueños de uno mismo se pueden cumplir un número infinito
de veces. En estos días de marzo ya comienzan a florear múltiples bellezas a ras de suelo. En los mercados viejos de toda la vida, algunos puestos muestran ya las verduras de temporada más exquisitas. Y
es que mientras la tierra siga ofreciendo ciertos frutos, el Apocalipsis aún
puede esperar.
También en el pecho de muchas adolescentes se está fraguando una
gran revolución: una burbuja incontrolada de aire fresco recorre la línea del diafragma hasta llegar al músculo de las emociones. Una
vez allí, el aire comprimido explota y
se produce la primera
deflagración de amor.
Pese a estos actos inmortales, tú mismo,
después de asistir a tanta barbarie en la franja de Gaza, en cualquier hospital privatizado de Madrid o en la valla de Melilla, puede que te
sientas un miserable al comenzar una nueva jornada de lucha por la nada. Pero
no es verdad. Por muy mediocre que te sientas, cada vez que te despiertas, tu
conciencia acelera el universo.
No permitas
que, mientras el mundo revienta por culpa de los bastardos de Wall Street, la vida
se te escape entre lamentos e impotencias. En el aire hay ya demasiada angustia
acumulada. No digo que renuncies a todo,
ni siquiera que te refugies en el escudo de Arquiloco. Aprovecha esta
explosión de luz y calor para inhumar
todas las modalidades del mal que te
retan a diario. Porque cada día ciertas señales delatan nuestra actitud ante la
vida. Si notas que al levantarte cada mañana te sientes más viejo,
suspicaz y pesimista, tu mismo estás
contribuyendo a la destrucción del
universo. Pero si observas que tu
mirada se muestra más brillante y tu
alma más limpia hasta sentirte completamente inocente, entonces puedes decir
que todavía te esperan múltiples barricadas.
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