Café Hafa, Tánger, febrero 2014 |
Paul Bowes se tomó muchos tes con menta y abundante kif aquí, mirando ese Atlántico que se confunde con el Mediterráneo y que hoy es un mar maldito, un mar por el que Caronte está cansado de navegar llevando pasajeros imposibles de una orilla a otra en busca de una tierra inexistente. Hoy el café Hafa es un decadente lugar asolado por la tristeza. Por mucho que uno busca los rastros de los relatos de Bowes o los de Mohamed Chukri no los encuentra, tan solo los restos de un pasado que vuelve la espalda al tiempo.
Amigo, no puedo estar más de acuerdo. Abundando en el tema, te dejo este artículo que publiqué hace ya tiempo en El País... espero te guste
ResponderEliminarhttp://blogs.elpais.com/africa-no-es-un-pais/2012/07/regreso-al-hafa.html
Un cordial saludo