A las diez de la mañana del 2 de agosto de 2007 el sol caía a plomo sobre la sesera de los albañiles y Rodríguez Zapatero ya sabía que España iba en caída libre. No obstante, ese día tenía otros asuntos más urgentes que abordar. Llamó a Fernando Puras, candidato socialista al Gobierno de Navarra en las elecciones autonómicas y le dijo textualmente: "Fernando, adelante con el preacuerdo de gobierno con Nabai e Izquierda Unida". Acto seguido, Puras convocó al Comité Regional socialista y comunicó la decisión de formar un gobierno de coalición. El día 8 de agosto de 2007, festividad de santo Domingo de Guzmán, se presentó el nuevo gobierno con Fernando Puras como presidente, Patxi Zabaleta como vicepresidente y Ion Erro como presidente del Parlamento. Ese mismo día, Miguel Sanz y Juan Cruz Alli renunciaron a su futuro ya que presentaron su dimisión irrevocable y abandonaron la política navarra.
Las primeras medidas del nuevo gobierno fueron intervenir la CAN, dado el avanzado estado de putrefacción interna que presentaba y derogar la ley del euskera. Tras ello se presentó un nuevo proyecto de ley que reconocía esta lengua cooficial en toda Navarra. Por la tarde se aprobaron también las siguientes disposiciones: se paralizó la ejecución del TAV, el proyecto de construcción del pabellón Reyno de Navarra Arena y las obras de ampliación del Canal de Navarra. También se suspendió el proyecto del Circuito de Samaniego, más conocido como de Los Arcos. Asimismo, en la maratoniana sesión se procedió a la expropiación de urgencia de varios terrenos públicos cedidos al Opus Dei de manera irregular. Se suspendió el llenado del pantano de Itoiz y las obras consiguientes. Sodena fue intervenida y liquidada como reserva de capital de riesgo de fondos forales. El banquete continuó. El nuevo Gobierno aprobó una nueva facultad de Medicina en la UPNA y la revolucionaria ley de Renta Básica Universal para toda la ciudadanía navarra. Ya entrada la noche, el nuevo equipo decidió iniciar las gestiones para que el fuerte de San Cristóbal, tras proceso de reversión al patrimonio navarro, fuera declarado Bien de Interés Cultural. Finalmente, el nuevo consejero de Economía, Koldo Amezketa, hizo balance de la jornada. Más de setecientos altos directivos, cargos de confianza y pesebristas de prebenda foral a perpetuidad habían dimitido y engrosado las filas del paro. Además, el nuevo Gobierno había movido de sitio 6.200 millones de euros. Y así empezó la fiesta aún inacabada
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