No creo que el Estado, léase Rajoy y su equipo de ultraunionistas
españoles, vaya a negociar la vía catalana a la independencia. Una cosa es lo
que Mas espere, la presión de Esquerra,
lo que el juego político depare o lo que haya que escenificar, y otra la
verdad oculta, intrínseca y perversa, las verdaderas intenciones de la marca
España. No está en juego la independencia de Cataluña. Está en juego la Segunda
Restauración Borbónica. Y esto es mucho.
Es decir, está en juego el régimen político surgido tras la Constitución del
78. No olvidemos que esa Monarquía se
fundó negando taxativamente el reconocimiento de autodeterminación de todos los
pueblos. Porque se sancionaba asimisma negando otras formas de Estado que no fueran España Una, Grande y Libre. Véase en este
sentido el excelente artículo de Daniel Raventós, Antoni Domènech y G.
Buster titulado Independentistas en
la niebla http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=6262
Olvidan los
defensores de la Monarquía que, ni ésta ni los unionistas están haciendo nada
por salvar a la España real. La que verdaderamente está en peligro de
extinción, de fractura, de descomposición, de desconexión interna, de
abocamiento a la ruina social con más de ocho millones de personas en situación
de pobreza. Esa que tiene que ver con la España que se hunde en la precariedad,
que se pierde en la incertidumbre, que emigra, que se desintegra reventando
sus estructuras de producción, que
expolia a sus mayores, que desprotege a sus menores, que destierra a
sus jóvenes y que acaba con todos los sistemas públicos de protección. Si Rajoy
habla de soberanía nacional, habrá que recordarle que esta es la auténtica
soberanía, la de sus ciudadanos libres, autónomos y con capacidad de elegir su
destino. Y que ésta en todo caso es la única a defender. Pero me temo que ni
esa, la soberanía ciudadana, ni la soberanía económica, secuestrada en los
despachos de los grandes órganos de decisión y traición europea, son recuperables
ya. España está en venta y reventa desde hace tiempo. Los tiburones de afilada
dentellada que gestionan los fondos extranjeros hace tiempo que especulan y
acechan sobre los principales activos de esa España en bancarrota.
Así que Rajoy debería aplicarse en nociones de
soberanía para echarle un pulso a Mas o a cualquiera que plantee una vía
independentista. Pero así las cosas no creo que Rajoy ceda un milímetro. Ni con
un millón ni con dos ni con tres millones de catalanes en la calle. Se la juega
él, la monarquía y el sistema sostenedor de todo este engranaje corrupto y
absolutamente antidemocrático viciado desde la propia Constitución del 78. Y
esa posición, la de Rajoy, solo se
mantiene con una mayoría política antidemocrática como la que tiene el PP, con
una oposición tan fofa como la que ejerce
el PSOE y con una situación
económica que le blinda técnica y semánticamente ante todo intento de llamar a
las cosas por su nombre. Estos tres factores juegan a su favor. Porque juega con el miedo de la gente. La
mejor arma de destrucción masiva. Incolora, inodora e insípida. Pero mortífera
a largo plazo.
Si la pregunta es, ¿entonces qué?, la respuesta es
difícil. Recuerdo que uno de los grandes mitos políticos de mi juventud fue el
Muro de Berlín. El día que cayó, se me derrumbaron los dogmas inefables de la
política, los que sostenían la viabilidad de los procesos políticos y
la posibilidad o no de los avances en la historia. Si el Muro cayó fue
por una conjunción de diversos factores que no vienen a cuento ahora. Pero hubo
determinantes politicos y, sobre todo, económicos que posibilitaron la unión de
Alemania y el comienzo del fin de la guerra de bloques. No creo que la clave de
Catalunya o del País Vasco o de Galicia pase necesariamente por ese filtro económico, por esa posibilidad
real de sostenerse como país de manera autónoma. Y este es uno de los grandes argumentos o ideas-fuerza populistas que mejor manejan los medios de la
ultraderecha mediática y el PP en pleno. Tampoco creo que influya de manera
determinante en el proceso hacia la independencia, la posición interna de los lobbys
y fuerzas económicas catalanas más
poderosas y con más poder de decisión e influencia. No creo que el que éstas
estén a favor o en contra sea en estos momentos la clave o una de las claves
que muevan a la burguesía catalana o mediaticen a Mas. Ni que él mismo esté
hipotecado por estas fuerzas. Creo que la clave está en ese salto cualitativo
mencionado al principio, en la liquidación de la Segunda Restauración Borbónica.
Está en juego un proceso y un tiempo histórico llamado a desaparecer. Y eso cuesta digerirlo y
gestionarlo. Y más aún generar una dinámica que
lleve a las diversas comunidades históricas a sostener con el Estado unionista
estrategias de pacto, negociación y reconocimiento. Porque eso solo es posible desde posiciones
equilibradas de poder. El actual peso de fuerzas políticas divergentes no lo
permite. Porque las fuerzas mayoritarias ni lo entienden, ni lo permiten ni
están dispuestas a facilitarlo. Porque en definitiva, no tienen capacidad
democrática para asumir ese nuevo escenario de “diversas independencias”. Se
imponen nuevas elecciones, nuevos pactos, nuevos compromisos y, ante todo, la
confluencia de fuerzas mayoritarias
para gestionar de manera sostenida la
progresiva suspensión o revocación de una Monarquía –máxima extensión de la idea de
España indivisible- que imposibilita y niega otras formas de gobierno de los
diferentes pueblos de España. Si el Muro cayó y sobre sus piedras estaba
escrita una historia de tanta sangre, sudor y lágrimas, si aquello fue viable,
el camino hacia la soberanía de los pueblos de este tumefacto reino de España
también lo será. Tiempo al tiempo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarHola Ferrer y Guardia, sin ánimo de polemizar, no se donde ves que me he olvidado de la España real, la hipotecada, si lees bien, la encontrarás. Porque está. Respecto a lo de bodrio, no opino lo mismo de tus reflexiones. Saludos
EliminarDespués de leer este bodrio que has escrito y que incomprensiblemente ha publicado Gara debo recordarte que en el segundo párrafo, a la hora de hablar de la España real, te has olvidado de la España más numerosa y dramática: te has olvidado de la España hipotecada y endeudada para toda su vida, la España arruinada por el pinchazo de la burbuja y el desplome del precio de la vivienda, la España que tiene que pagar al banco 4 veces más del valor real de su vivienda, la España que ha hipotecado a sus mayores por avalarles, la España entrampada, la España de los desahucios y de las deudas perpetuas, la España hundida y quebrada de por vida con hipotecas monstruosas. Esta es la España más numerosa, esta es la mayor catástrofe de España, y "curiosamente" no la has mencionado. ¿Quizás porque tú eres uno de ellos? ¿Quizás porque deja en evidencia muchas cosas en cuestiones políticas y sociales?
ResponderEliminarA propósito del Muro de Berlín, cayó y sobre sus piedras se ha escrito la vergonzosa claudicación ideológica de la socialdemocracia europea (una estafa política descomunal) y el retroceso de todas las conquistas sociales ante la voracidad de un capitalismo desbocado que perdió el miedo. La caída del Muro fue la caída de una garantía de bienestar para todos los europeos, más aún, para todo el mundo.
ResponderEliminar