Turquía no queda lejos. Pero más allá de las delicias turcas, del Cuerno de Oro o de Ohran Pamuk, Turquía sigue resultando ajena. No hace mucho los indignados de Estambul eran gaseados sin piedad en plaza de Taksim por el gobierno de Tayyip Erdogan. Hubo cuatro muertos, más de 7.500 heridos y centenares de detenidos en el mayor estallido ciudadano desde el golpe de Estado de 1980. No lo tiene fácil Turquía para entrar en Europa. Y quizás mejor que no lo haga. Visto lo visto y visto cómo nos va. Pero declarando pornográfico a Apollinaire lo tiene aún peor. No por cuestiones de geopolítica o intereses varios, sino por lo que turcos y turcas, amantes de la literatura, se pierden. Y es que "Las hazañas de un joven Don Juan", el libro erótico del autor francés Apollinaire, ha sido censurado por el Tribunal Supremo de ese país por "explotar el deseo sexual y agredir la modestia de la sociedad". Al parecer la sentencia del Supremo puede significar cárcel para el editor y el traductor. Y es que deseo sexual y modestia obligada al parecer no conjugan bien en un país que ya en el siglo XVII y XVIII (entonces Anatolia) generaba abundante literatura erótica. Pues eso, que mejor si miramos para atrás pero sin caer en la tentación idiota del cualquier tiempo pasado fue mejor.
Turquía no queda lejos. Pero más allá de las delicias turcas, del Cuerno de Oro o de Ohran Pamuk, Turquía sigue resultando ajena. No hace mucho los indignados de Estambul eran gaseados sin piedad en plaza de Taksim por el gobierno de Tayyip Erdogan. Hubo cuatro muertos, más de 7.500 heridos y centenares de detenidos en el mayor estallido ciudadano desde el golpe de Estado de 1980. No lo tiene fácil Turquía para entrar en Europa. Y quizás mejor que no lo haga. Visto lo visto y visto cómo nos va. Pero declarando pornográfico a Apollinaire lo tiene aún peor. No por cuestiones de geopolítica o intereses varios, sino por lo que turcos y turcas, amantes de la literatura, se pierden. Y es que "Las hazañas de un joven Don Juan", el libro erótico del autor francés Apollinaire, ha sido censurado por el Tribunal Supremo de ese país por "explotar el deseo sexual y agredir la modestia de la sociedad". Al parecer la sentencia del Supremo puede significar cárcel para el editor y el traductor. Y es que deseo sexual y modestia obligada al parecer no conjugan bien en un país que ya en el siglo XVII y XVIII (entonces Anatolia) generaba abundante literatura erótica. Pues eso, que mejor si miramos para atrás pero sin caer en la tentación idiota del cualquier tiempo pasado fue mejor.
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