Tal vez, Cecilia Giménez, esa anciana de Borja (Zaragoza) que intentó recuperar el Ecce homo pintado en uno de los muros de la iglesia de la Misericordia, se inspiró y animó a ello después de ver esta película. Un paisano suyo restauró, en una ermita aragonesa, el fresco de La Dolorosa. Y pasó lo que pasó.
La Dolorosa, 1934, director, Jean Grémillon, una película con interesantes elementos trágicos, místicos y bastantes surrealistas.
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