El 30 de enero de 1933 el presidente Hindenburg nombró a Hitler canciller de Alemania. El viejo dirigente no pudo aguantar más lo que las urnas habían decidido el año anterior. Y todo en medio de una grave crisis económica que había arrancado en 1929. Fueron suficientes seis meses para destrozar la obra de la República de Weimar.
La prensa española del momento se expresaba así: El Debate, representante de la derecha católica decía “la conducta de los nazis, su organización belicosa, revelan un espíritu que no podemos aprobar, aún cuando en muchos aspectos sea explicable”(23.2.1933),
Por su parte El Socialista, semanario fundado en 1886 en el seno del Partido Socialista Obrero Español, trató en los primeros momentos de justificar el dudoso comportamiento de los socialistas germanos frente al nazismo. Esto es lo que se comentaba:
“Quienes ante las elecciones de marzo aconsejaron a los obreros que votaran libremente, interrumpiendo la consigna histórica dictada durante cincuenta años: ¡Votad a la Socialdemocracia!, llegaron a afirmar, buscando su salvación, que entre el Socialismo y el nacionalsocialismo no había diferencia. [...]
La burocracia mató en los Sindicatos todo aliento revolucionario [...] Cara pagan los jefes su indecisión, o su cobardía, o su equivocación histórica. El movimiento sindical está hundido” (editorial, 6 mayo 1933)
En febrero de 1933, Victor Klemperer, de origen judío y destacado romanista, dejó escrito en su monumental obra de memorias Quiero dar testimonio hasta el final. Diarios: ”La soga va cerrándose en torno al cuello (…) Lo que más impresiona es la ceguera de la gente frente a lo que está sucediendo”. Ese mismo día, el 30 de enero de 1933, se emitió en Estado Unidos, el primer episodio de "El Llanero solitario", creado por George Trendle para la radio. Una pena que a estas alturas, con los pequeños Hitler que pueblan nuestros bancos y bancadas, empresas, gobiernos locales y regionales, ayuntamientos, pedanías y canonjías, todavía nadie se haya querido convertir en el nuevo llanero solitario español.
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