Portugal, el país del fado y del enfado, de la emigración y la migración explosiva, de la expoliación, de la explotación incesante, de la mentira, la infamia, el desarraigo, la corrupción y la venta de sus habitantes al por mayor. Me encuentro, por casualidad, con una joya de esas que no sabes cómo surgen de la nada. O cómo llegan a tus manos y por qué. La memoria y el fuego, Portugal, la cara oculta de Eurolandia, de Jorge Valadas (Ed. Pepitas de calabaza)
La crítica social radical no es abundante en Portugal. Pero este texto encontrado de soslayo es una excepción. Jorge Valadas, nacido en 1945 en Lisboa y electricista de profesión, se exilió a París y allí vivió el mayo del 68 junto a las corrientes antiautoritarias. Nunca ha querido hacer de la escritura su sustento. Dice que para no perder radicalidad e independencia. Me apunto. Ha publicado diversos ensayos sobre China, EE.UU y Portrugal. Firma con el seudónimo de Charles Reeve, en homenaje a un militante sindicalista y revolucionario condenado en 1916, en Sidney, a diez años de destierro y trabajos forzados por sabotaje al "esfuerzo de la guerra".
La memoria y el fuego, es un texto duro pero necesario, de afiladas verdades, donde los habitantes de este reino de España, "tan culta" nos quedamos perplejos al descubrir que apenas sabemos nada de nuestros compañeros de península. Y además no sabemos por lo que han pasado y están pasando. Lo que han perdido y están perdiendo. Un país infectado de explotación turística donde hay casas para cuarenta millones de habitantes. Tiene diez millones y medio.
Este es un texto radical, que se lee como un viaje al infierno de al lado, que construye un mapa mental que nos lleva directamente al descubrimiento de nuestros colegas del otro lado de la raya. Y descubrimos que nosotros hemos llegado hasta aquí, hasta esta antesala del infierno, de este precipicio social, pero ellos, los portugueses, nos llevan la delantera, ellos han pasado por lo que nosotros estamos pasando, pero más. Un poco más allá de esa raya roja que incita a la rebelión que no llega. Ellos, los portugueses, son carne de cañón en esta Europa cada vez más indecente con sus vecinos del sur. Y este libro trata de demostrarlo, no sin cierta dosis de humor ácido y rebelde.
La crítica del texto ha dicho "Ese falso optimismo impuesto por intereses privados, que nos convierte en esclavos de nuestra ignorancia y súbditos de la falta de perspectiva. Este libro es necesario en España, Portugal: la cara oculta de Eurolandia, como se subtitula, habla más de nuestro futuro que de nuestro pasado, más de nosotros mismos que de nuestros vecinos"
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