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Así habla el poder, ni más ni menos...


A los trabajadores del metro de Atenas, después de nueve días de paro y movilizaciones, les han amenazado con ser detenidos o encarcelados si siguen insistiendo en su protesta. Ni derechos de huelga, ni de manifestación, ni protección de sus salarios,  ni de su dignidad como trabajadores esquilmados. Se acabó. Esto es lo que hay. Hasta aquí hemos llegado. Líneas rojas traspasadas. Sí. ¿Y qué? Nada. El vacío, el silencio, la inevitabilidad del presente, su tiranía.  Solo el rostro del poder venido arriba en banderillas. Ni ideas, ni estrategias, ni expectativas, ni esperanzas, ni ciclos históricos que expliquen lo que pasa, ni ajustes, ni reajustes. Nada, solo la desolación de poder en su máxima expresión. La ley, los derechos, las constituciones son solo papel de baño, inservibles ante tamaña agresión. Solo queda el ejercicio del poder en estado puro. Ante ello, solo una chispa que nos movilice en la misma dirección. Como hace años, como siempre, como la historia nos ha enseñado. Ya me entienden.

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