Seamos sinceros.
Hagamos un ejercicio de honestidad. Veamos lo real y no contemplemos la
ilusión. Vayamos al grano. Nombremos las cosas por su nombre, no por su
significado. La presidenta del Gobierno de Navarra, Yolanda Barcina, a la
sazón jefa de filas de UPN en
Navarra, se ha comprometido a pagar la
extra de Navidad de 2012 a los funcionarios navarros y navarras en enero. Muchos
se frotarán las manos y también el bolsillo. Buena noticia, dirán. A mí no me
cuadran varias cosas. Y me ponen los pelos, que no tengo, de punta otras.
Cuando Barcina quiere, tira de
posibilidades, de legalidades, de limpieza ética de sus planteamientos, de
estrategias perfectamente legales. Cuando no quiere, no lo hace. Ahora sí hay
dinero para pagar la extra. Antes no. Curioso.
¿ No será que son muchos y muchas las sillas de UPN y del PSN que cobran
de la administración pública y que han ejercido una inmensa presión? Claro que
sí. Conozco personalmente varios casos que confirman esta tesis. Tesis muy
alejada de una posición sustentada en los derechos laborales y económicos de
los trabajadores y trabajadoras de la función pública que van perdiendo
vergonzosamente poder adquisitivo. Barcina y su equipo han calculado que el impacto
negativo sobre la economía navarra de la supresión de la paga. Y ahí está la
presión. Hay muchos intereses comerciales en juego. Y muchos funcionarios guión
as, del aparato, militantes y simpatizantes que necesitan, como todo dios, la
paga para ir viviendo y para seguir consumiendo.
Barcina y su
equipo se presenta como salvadora de funcionarios en un ejercicio de muy
cuestionable limpieza ética. Pero el populismo más bastardo tira. Y las cuentas
le salen. Así que adelante con el engaño.
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