Cuando la policía guay, esa que ha renovado su estética y puesta en escena, va de artista por la vida pasa esto. Que uno ve esta exposición (se celebró del 6 al 18 de junio en Palacio Condestablede Pamplona) y pareciera que detrás hay un intento reivindicativo del Estado penal y sus dispositivos securitarios. Cuando la policía cree que su trabajo -que pareciera que no es otro que el control social punitivo-, es arte y alguien lo acaba convirtiendo en una exposición fotográfica, como si de Salgado se tratara, algo muy grave está ocurriendo en nuestras cabezas. O en las cabezas de los responsables de Interior, policías y de quienes dan el permiso para que esto funcione como un evento plástico. Y más aún, cuando esto se expone como si fuera un bodegón policial que se exhibe como fogonazos propios de hazañas bélicas, solo cabe esperar que las víctimas de estas fotos no hayan perdido su presunción de inocencia. No sé, pensaba que la seguridad ciudadana tenía en su genética el reclamo de l
El blog de Paco Roda