No podré votar por Yala Nafarroa con Palestina para que lance el txupinazo y el cielo se avergüence. Así que dejaré aquí mi voto. Creo que el resto de propuestas tienen tiempo de lanzarlo. El año que viene, si viene, o el que sea. Sin embargo Gaza no puede esperar. Aun con nueva tregua trampa.
Que Yala lance el txupinazo será un acto simbólico de gran impacto internacional. Y será, como no podría ser de otra manera ,un acto político. Claro, como tantos gestos diarios revestidos de inocencia viciada.
Porque no se puede pasar de puntillas, ni ser equidistante, ante esta masacre gazatí. Porque hasta el silencio miedoso y colaboracionista que inunda el mundo, también es político. ¿Te suena de algo Melody?
Pero además, Yala no es una candidatura personal, cuestión que deberíamos revisar en favor de lanzaderas colectivas si reclamamos fiestas fusionadas e inclusivas. Yala, agrupa a 225 colectivos sociales y ONGs frente al genocidio y ocupación palestina. Y llevan años.
Pero Yala competirá con otras candidaturas que tendrán sus votos. No tanto por ellas sino contra ella, contra Yala, que será la candidatura a combatir bajo el viejo lema de ¡ fiestas sí, política no ¡ Pero, ¿acaso no se está mezclando la sangre con las oraciones y el derecho divino con los bombardeos?
Ana Ibarra, compañera quintacolumnista, decía hace unos días en un editorial de este periódico que “llenar la Plaza Consistorial con banderas de Viva Palestina Libre no debe ser un simple gesto de solidaridad, sino un ejercicio de humanidad, justicia y defensa de los Derechos Humanos”.
Se podría redoblar esta apuesta con un minuto de silencio tras el gran estallido. La apuesta es arriesgada, sí. Pero ese minuto de silencio sería el más sonoro de la historia de esta ciudad. Un silencio agónico y humanitario para frenar este infanticidio. Un silencio que cuestiona toda celebración posterior.
Ya lo siento.
Foto: Diario de Navarra
Hace 15 años escribí este artículo en Noticias de Navarra. Hoy hace 15 años de la muerte de este inmenso poeta catalán. Mientras algunos políticos analfabetos se enriquecen por el morro, mueren los poetas. A uno el cuerpo le pide mandarle a ese tal Galipienzo uno de los poemas de Miquel Martí i Pol, el poeta-obrero catalán muerto el martes pasado. Pero hay algunos hombres tan necios que si una sola idea surgiese de su cerebro, ésta se suicidaría abatida por su dramática soledad. Por eso prefiero seguir leyendo a este inmenso poeta que se ha ido en busca de un mundo donde reconstruir sus utopías. Miquel Martí i Pol fue una de las voces emblemáticas de la poesía catalana y un referente imprescindible de la identidad catalana. Un escritor de enorme carga emocional, un hombre que construía versos con los que se jugaba la vida en cada instante. Un obrero de toda la vida que empezó a trabajar a los catorce años en una fábrica de Rod...
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